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La última fase del área verde arranca con muchos parquímetros sin funcionar

La última fase de la implantación del área verde entró ayer en funcionamiento en los distritos de Sarrià, Sant Gervasi y tramos de Horta y Sant Martí, destinada a reservar espacios de aparcamiento para los residentes en los respectivos distritos. El resultado fue una especie de caos. Un número muy importante de los parquímetros no funcionaba y otros ni siquiera habían sido instalados.

El Ayuntamiento de Barcelona cifra en 40 los que fallaron por uno u otro motivo, sobre un total de 740. "Llevo media hora intentando conseguir un tique para el coche y no hay manera. Lo he intentado en Travesera de Dalt, en Cardener, en Massens y ahora aquí [por la calle de Sant Salvador]. Nada. O no hay parquímetros o no funcionan", quien así se expresaba, ayer a mediodía era Marta Colls, abogada y residente en Gràcia, que al final optó por confiar en la providencia y dejar el coche sin papelito.

En la zona comprendida entre Travesera de Dalt y Diagonal y Gran de Gràcia y Torrent de les Flors, la situación era la misma: o no había parquímetros o, cuando había, no funcionaban. Ni uno. En unos casos se les encendían unas letras que comunicaban al frustrado usuario que la operación (tique de zona verde o de zona azul) no era posible; en otros, la luz señalaba que la máquina estaba fuera de servicio. En otro, la nada más absoluta.

La primera reacción de un portavoz municipal al comunicarle el fallo generalizado detectado en abundantes de zonas Sarrià y, sobre todo, en Gràcia, fue negarlo. Una segunda versión, horas más tarde, apuntó que no se habían podido instalar todas las máquinas porque las lluvias caídas en los últimos días no habían permitido el fraguado del cemento y habían dificultado, por cuestiones de seguridad, las instalaciones eléctricas. La primera fase del área verde entró en funcionamiento en mayo.

En total, y distribuidos en los barrios de Sarrià, Sant Gervasi y Gràcia, el número de los parquímetros que no funcionaban o no estaban instalados era de 40, dijo un portavoz del Ayuntamiento. Una versión muy diferente a la que dieron dos vigilante del área verde situados en Gràcia: "La verdad es que no funciona ninguno. Pero eso siempre pasa el primer día, que sirve para que los vecinos se vayan adaptando".

Uno de los vigilantes apuntó a las dificultades de instalar los parquímetros en calles tan estrechas como las de Gràcia, dificultad que se ha repetido ya en Poble Sec, Sants y otros lugares de Barcelona.

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En el caso de Gràcia hay sitios donde la estrechez es tal que el operario ha hecho el hoyo y parece haberse arrepentido, porque allí sigue el agujero en su más absoluta soledad.

En algunas calles la estrechez de las aceras no ha arredrado a los instaladores. Por ejemplo, en la calle del Topazi. Frente al número 19 hay un parquímetro, aunque la calle no ha sido aún pintada con las líneas verdes correspondientes. La máquina no da señal alguna, pero sirve para dificultar el paso de los peatones. Desde el final del agujero abierto (que sigue sin tapar del todo) hasta el inicio del bordillo quedan exactamente una loseta y media.

Pero no todo son problemas. En la calle de Sant Salvador, frente al número 84, la zona pintada con las líneas verdes sirve para que un taller de motos ocupe con sus motocicletas casi 20 metros de calzada. Ninguna lleva distintivo de residente, que tampoco está previsto para estos vehículos. El portavoz municipal aseguró ayer que los primeros días no se imponen multas.

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