La revuelta de los barrios franceses se apodera del centro de Lyón
El Gobierno anuncia que hoy comenzará la expulsión de extranjeros
La violencia desatada en los barrios franceses llegó ayer al corazón de Lyón, la tercera ciudad más grande de Francia, con 500.000 habitantes y 600.000 más en su periferia. La revuelta se desarrolló en el centro comercial y financiero, a pesar de haber sido declarado el toque de queda y prohibirse, al igual que el fin de semana en París, las concentraciones "susceptibles de provocar o generar violencia".
Más al sur, las regiones de Provenza, Languedoc-Rosellón y Midi Pyrenées experimentaron un recrudecimiento de la violencia callejera. En Carpentras, donde el viernes fue atacada una mezquita, unos desconocidos prendieron fuego a un coche y lo lanzaron contra un centro de la tercera edad, y en otro incidente atacaron una escuela primaria. No hubo heridos.
El temor a que la revuelta urbana se extendiese a los barrios del centro de París este fin de semana, cosa que no ocurrió, dio ayer paso a cierta euforia por parte del jefe de la Policía Nacional, para quien "las cosas se normalizarán muy rápidamente". El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, insistió ayer en que a partir de hoy comenzarán las expulsiones de extranjeros condenados por participar en los actos de violencia, que se hará mediante un simple procedimiento administrativo.
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