Cristina García Rodero retrata en Lalibela la espiritualidad de Etiopía

La fotógrafa Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) ha brindado a la Agrupación Fotográfica de Navarra (AFCN) un extraordinario cierre para los actos de su cincuentenario: la exposición inédita de veinte imágenes de su serie Entre el cielo y la Tierra tomadas en la ciudad santa etíope de Lalibela. Son fotografías en blanco y negro en las que la fotógrafa se ha interesado por captar la espiritualidad y la presencia del cuerpo humano.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el 5 de diciembre en la sala de exposiciones de la AFCN (Río Urrobi, 3). García Rodero sigue embarcada la búsqueda de nuevos motivos para un proyecto tan ambicioso que no tiene final: condensar en un libro y una exposición la espiritualidad del ser humano. "Hace años que intento completar dos facetas de mi trabajo en las que siempre pienso conjuntamente: cuerpo y espíritu", señala la fotógrafa. A través de veinte fotografías en blanco y negro de gran tamaño (53 x 81 centímetros), fiel a una soberbia autenticidad artística que conmueve al espectador, García Rodero presenta en Pamplona una apreciable variación en su temática: la incorporación del cuerpo humano en los ritos espirituales que ella ha plasmado a lo largo de los años.

La serie Lalibela, con fotografías captadas durante la Epifanía copta y la Semana Santa ortodoxa, combina la magia de una ciudad de oración con la espléndida belleza de los cuerpos que acuden a orar. "He terminado especializándome en aspectos religiosos, en rituales con altos contenidos de religiosidad y he deseado que no estuviera tan cargada mi obra de ese aspecto religioso y he buscado también el cuerpo. Este trabajo realizado en Lalibela forma parte de ese nuevo proyecto", explica.

Las fotografías captadas en Lalibela, Patrimonio de la Humanidad, ciudad del siglo XI soñada por un rey y convertida en ciudad santa para peregrinación de los cristianos coptos, se incorporán al proyecto Entre el cielo y la tierra como un capítulo aún inacabado. "He estado en ella dos veces en los últimos años y quiero volver", afirma García Rodero. "Terminas enamorándote de los sitios. Piensas que tu trabajo puede mejorar y vuelves, buscas esa fotografía que te falta". García Rodero ganó el World Press Photo en 1993, el Premio Nacional de Fotografía en 1996, el Premio Bartolomé Ros a la mejor trayectoria profesional en PhotoEspaña en 2000 y obtuvo este año la Medalla de oro al Mérito a las Bellas Artes.