Abrazo al futuro
La arrolladora victoria sobre Eslovaquia sostiene a España en la élite, pese a que todas las 'grandes' hicieron antes sus deberes - En partido oficial, la selección sólo ha perdido una vez -en 1950, ante Brasil- por cuatro o más goles - Luis, que ha probado a 38 futbolistas, acertó al poblar el medio campo
Hechos los deberes a última hora, España estará de nuevo en la cima del fútbol, de la que ha estado a punto de despeñarse por segunda vez consecutiva. Con la soga puesta, el equipo de Luis por fin estuvo aplicado y, salvo un terremoto en Bratislava (España sólo ha perdido una vez en partido oficial por cuatro o más goles), se ganó una plaza para Alemania 2006. El mínimo exigible para esta selección, mural de una de las Ligas más potentes del planeta, secuela de uno de los países con más arraigo en el fútbol. El equipo ha necesitado un asalto más para igualarse a Brasil, Argentina, Italia, Inglaterra, Francia, Holanda y Portugal, que, junto a Alemania, forman la élite. Enganchada al gran pelotón, la selección tiene ahora siete meses por delante para reparar sus múltiples grietas durante el último curso, tan poco alentador como su trayecto en la Eurocopa portuguesa.
Por la probeta de Luis han pasado 38 futbolistas, contabilizando sólo aquéllos que han llegado a jugar. El técnico habrá sacado sus conclusiones. Y con el modelo táctico, también. Ante Eslovaquia, Luis pobló el centro del campo y la ecuación le resultó. Renunció a un extremo puro (Joaquín) en beneficio de un jugador (Luis García) que utiliza la banda como punto de partida hacia el área rival y el envite le resultó. Dos ajustes que permitieron a España controlar la pelota y afilar el martillo: en un solo encuentro, Luis García marcó un gol menos que Joaquín -un buen asistente, en ocasiones- en sus 35 partidos internacionales.
Sereno ya por la misión cumplida, a Luis le toca hurgar en el cesto. Un cesto con pedigrí: 13 de los 18 convocados para el partido del Calderón juegan esta temporada la Liga de Campeones y todos son titulares en sus equipos. Ya se trate del actual campeón de Europa, el Liverpool; del rutilante Chelsea o del Betis. Dentro del grupo del pasado sábado, el técnico cuenta con jugadores en plena evolución, caso de Sergio Ramos y Del Horno, por ejemplo. Fuera del grupo, tiene un escaparate con jugadores solventes en todos los puestos: Víctor Valdés, Helguera, Guti, Luque, Tamudo... También tiene especialistas distinguidos: Valerón, De la Peña, Iniesta, Yeste, Joaquín... Incluso tiene una sólida lista de espera: Senna, Pernía... Y jóvenes con un horizonte interesante a siete meses vista: Oubiña, Cesc, Jesús Navas, Ricky, Xabi Prieto, Raúl García... Le toca a Luis colocar las piezas y, sobre todo, dar con la terapia necesaria para que el equipo, de una vez por todas, mejore su nivel competitivo. Cualidad que el propio técnico asegura que le distinguió a él mismo en su carrera.
A la espera de que Luis dé otro meneo al diván, España ha sido incapaz de competir con eficacia ante equipos como Lituania o Bosnia. En Alemania el cartel será muy superior. Es ahí, en el Mundial, donde la selección debe saldar su deuda histórica con la hinchada, no en una desaliñada fase clasificatoria. Ante Eslovaquia, España cumplió, sin más, aunque un poco tarde, con su obligación. Es el listón mínimo para un racimo de futbolistas que, con razón en muchos casos, se siente a diario en el gran podio del fútbol mundial. Y la púrpura se gana, no se merece. Frente a los eslovacos, bajo presión, el equipo respondió con el aplomo que le ha faltado tantas veces. Y la afición lo festejó con ganas. ¿Un abrazo para el futuro?
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