Embarcaciones de recreo protestan en Gandia contra los yates de la Copa del América que ocuparán sus amarres
Propietarios de barcas de recreo, que desde hace una década utilizan un embarcadero público situado en la zona norte del puerto de Gandia, protestaron ayer por la decisión de la Autoridad Portuaria de Valencia y del gobierno local del PSPV y el Bloc-EV de incluir este espacio en los nuevos planes de usos del puerto con motivo de la Copa del América. La zona será reconvertida en amarres para grandes yates de lujo, que se supone llegarán a la ciudad en 2007 atraídos por este evento deportivo. Uno de los sindicatos que competirán en la regata, el francés K-Challenge, ha ubicado su sede en el puerto gandiense, junto al embarcadero público. La medida afecta a unas 80 embarcaciones de recreo, muchas de ellas propiedad de jubilados aficionados a la pesca.
Los dueños de una veintena de estas barcas salieron ayer a las aguas del puerto para manifestar su disconformidad con esta medida que consideran les discrimina. "¿Son estas las ventajas de la Copa del América, tirarnos para colocar a los ricos", denunciaba una de las pancartas de protesta. Andrés García, presidente de la Asociación Gandia Náutica Embarcaciones de Recreo, decía ayer no entender el traslado de sus barcas "para poner yates que van a estar en la ciudad un mes, y que van a ocupar un espacio público al que nosotros también tenemos derecho". Lo cierto es que la Autoridad Portuaria de Valencia, de la que depende el puerto gandiense, es la responsable del uso de la zona pública que ocupan estas embarcaciones. La concesión, en precario, se les otorgó hace quince años, y se renueva anualmente.
En los nuevos planes de usos del puerto, con motivo de la Copa de la América, se ha previsto remodelar este embarcadero para construir una zona de amarres, dirigida a yates de lujo, y un aparcamiento. La medida ha sido aprobada por la Autoridad Portuaria y por el gobierno local, que preside el socialista José Manuel Orengo. A las embarcaciones de recreo que hasta ahora ocupaban este espacio público se les ha ofrecido como alternativa su reubicación en el barranco de Sant Nicolau, en un espacio tras el puente. Las barcas más grandes irían al Club Náutico, y deberían abonar para ello una cuota, que el alcalde se ha ofrecido a negociar a la baja con el club.
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