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La sequía disminuye la reproducción de las aves amenazadas de Doñana

La desecación de los humedales del Parque de Doñana, causada por la falta de lluvias de este año, ha originado una disminución del número de ejemplares de aves acuáticas amenazadas nacidas en este espacio protegido. En una entrevista con el técnico de la Red de Espacios Naturales y Protegidos de Andalucía (RENPA) Javier Cobos, señaló que debido a la sequía de los humedales en Doñana y de las lagunas del entorno "la actividad reproductiva de las aves acuáticas prácticamente no se ha producido".

Las aves acuáticas han emigrado a otras zonas con humedales artificiales, piscifactorías, pantanetas o arrozales donde no han tenido "buenas posibilidades reproductivas", indicó Cobos. Esta falta de éxito reproductivo se ha extendido a otras especies, influidas negativamente por la falta de germinación y desarrollo de una gran cantidad de material vegetal, que es la base del sustento par el conjunto de la fauna silvestre.

Explicó Cobos que hay que tener en cuenta que los momentos "más sensibles" de las especies son los de la reproducción y la cría, y en ellos es necesario que exista un nivel de alimentación que sea de calidad. Si un animal dedica el 70% de su tiempo a la búsqueda de alimento implica que tiene menos tiempo para cuidar de la prole y menos posibilidad de éxito reproductivo.

A nivel medioambiental, la sequía ha originado "estrés en la vegetación", es decir, la falta de agua afecta a la savia de las plantas y favorece que su material, al estar más seco y deshidratado, tenga mayor capacidad de arder en unas condiciones determinadas. La sequía de este año ha influido, según Cobos, en cultivos de secano y ganadería, lo que implica reducción de la renta agraria. Según explicó, las sequías son un fenómeno natural en el Mediterráneo, aunque apuntó que para poder hablar de sequía es necesario estudiar la distribución de las precipitaciones, además de medir su cantidad.

En este sentido, afirmó que en este año ha sido más característico el tiempo que ha estado sin llover que la cantidad de precipitaciones. El técnico medioambiental indicó que en las marismas resquebrajadas de Doñana es necesario que llueva al menos 125 litros para que el terreno conforme un conjunto homogéneo. Los efectos de la lluvia dependerán del tipo de suelo, de la vegetación que exista en la zona y de las pendientes, señaló Cobos. Para que las precipitaciones incrementen el caudal de los embalses influye la cobertura de la estación hidrográfica, la permeabilidad de los suelos, las pendientes y los acuíferos.

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