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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Inteligente y sólida

"¿Y qué es robar un banco, al lado de fundarlo?", se preguntó, irónico, Bertolt Brecht en alguna ocasión. La pregunta también la podría formular el atildado, amoral y un tanto chulesco Vidal (Darío Grandinetti, sencillamente insuperable), que un buen día aparece en la vida del joven Ángel (Álex González, un debut más que prometedor en la gran pantalla), aspirante a boxeador. Y nada vuelve a ser lo que era antes. Porque Vidal es, más que el boxeador que dice haber sido, un ladrón de bancos, ni más ni menos. Y lo que tiene que proponer a Ángel cambiará la vida del joven para siempre.

Segunda realización de un curtido hombre de cine, Daniel Cebrián, Segundo asalto es una inteligente inmersión en el terreno del cine de género, pero sin respetar en absoluto sus reglas.

SEGUNDO ASALTO

Dirección: Daniel Cebrián. Intérpretes: Darío Grandinetti, Álex González, Laura Aparicio, Eva Marciel, Alberto Ferreiro. Género: criminal, España, 2005. Duración: 100 minutos.

A primera vista, peripecia centrada en el mundo del boxeo, pronto queda en evidencia que en ella estamos ante otras cosas: no es una película criminal al uso, y sin dejar de ser también un filme sobre el boxeo como escape de la miseria, pronto se avizoran otras direcciones para los personajes, otros recorridos. Y lo que aparentaba ser una historia de atracción, dinero fácil y sexo casi al alcance de la mano, se convierte en una vidriosa historia de secretos y mentiras, de padres e hijos, una variación de un tema, la culpable ausencia del padre, que también campaba por la ópera prima de Cebrián, Cascabel.

Perdedores

Así las cosas, Segundo asalto termina siendo, sin perder jamás la solidez de su narración y el interés por la descripción de las conductas de los personajes (la verdadera razón de ser del filme), una acerada historia de barrio y postergación, de penalidades y de seres golpeados por la vida; de perdedores que tal vez un día no muy lejano dejen de serlo.

Competente y notablemente dirigida e interpretada, la película, que viene de obtener, con todo merecimiento, el Premio Pilar Miró a la mejor ópera prima en la Seminci de Valladolid, abre un prometedor crédito sobre la continuidad de la carrera de su creador.

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