16 años de cárcel para un preso de permiso que cometió una violación
El condenado también está acusado del asesinato de dos policías
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 16 años de cárcel a Pedro Jiménez García por una violación cometida en 2003, cuando disfrutaba de un permiso penitenciario. Jiménez está acusado y pendiente de juicio por el asesinato de dos agentes en prácticas del Cuerpo Nacional de Policía en L'Hospitalet de Llobregat en octubre de 2004, y a raíz de su detención por esos hechos se ha podido esclarecer la violación anterior.
Los hechos por los que ha sido condenado Pedro Jiménez ocurrieron a mediodía del 27 de marzo de 2003, cuando siguió a una mujer de 19 años hasta la entrada de su domicilio, subió con ella en el ascensor y le mostró un cuchillo. La mujer le entregó todas sus pertenencias y las llaves de la vivienda, donde Jiménez condujo a la víctima. Allí la ató de pies y manos a la cama y le tapó la boca con un trapo de cocina. Después la desnudó, le realizó un cunnilingus y cesó ante la constante oposición de la víctima. Luego se marchó y amenazó con "violarla de verdad y matarla" si le denunciaba.
La mujer acudió a la policía y advirtió de que el violador había tirado una colilla en la vivienda. Pasaron los meses y la justicia no identificó al agresor, porque Pedro Jiménez regresó a la cárcel después de disfrutar de su permiso penitenciario, el primero que obtenía en 12 años. El 8 de octubre de 2004, Jiménez fue detenido en Girona acusado del doble crimen de las policías en prácticas Aurora Rodríguez, de 23 años, y Silvia Nogaledo, de 28, ocurrido dos días antes en L'Hospitalet de Llobregat mientras disfrutaba de otro permiso del que no regresó.
Fue a raíz de esa detención y de las imágenes difundidas por la televisión que la víctima de la violación cometida un año antes identificó a su presunto agresor. El juez ordenó entonces que se le extrajera saliva al acusado para cotejarla con la de la colilla, y el análisis del ADN fue coincidente. La sentencia dictada por la Sección Octava de la Audiencia de Barcelona recuerda, además, que las declaraciones prestadas por la víctima desde los hechos son "claras, detalladas y coherentes, sin contradicciones, sin fisuras, persistentes en la incriminación".
Jiménez declaró durante el juicio que no negaba los hechos, pero que no recordaba haber agredido sexualmente a ninguna mujer porque había consumido alcohol y cocaína los tres días que estuvo de permiso carcelario. Sin embargo, la sentencia explica que la falta de memoria "compagina mal" con la precisión que mostró Jiménez en otro momento de su declaración, en que explicó cuándo, cómo y con quién mantuvo una entrevista de trabajo. El tribunal condena al acusado a 10 años de prisión por agresión sexual, a otros cinco por un delito de robo con intimidación y a un año más de cárcel por amenazas. La pena es superior a la que solicitó el fiscal durante el juicio.
La sentencia asegura que Jiménez padece una psicopatía de grado medio, que se trata de una persona con elevado nivel de antisociabilidad y que no presenta alteraciones de su capacidad volitiva. La víctima está en tratamiento psicológico desde los hechos.
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