Daniel Cebrián usa el boxeo para narrar una historia de marginados

A pesar de que el boxeo es un ingrediente importante en Segundo asalto, la película no se adscribe a un género determinado. Más bien el boxeo está como un "enfrentamiento metafórico", la ruptura del universo ético de los personajes, y es tan importante en el filme como los temas de la inmigración, la marginación o la delincuencia. "El realismo social al servicio del encuentro de dos personajes que se necesitan entre sí", y con opuestas nociones del bien y el mal, según el director, Daniel Cebrián, que presentó ayer en Madrid la película, que se estrena el viernes. Un filme difícil de etiquetar y que mezcla el melodrama con dosis de humor con un estilo próximo al realismo social.

El segundo largometraje del director de Cascabel llega a las salas de cine con el respaldo del Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director en la Seminci de Valladolid. "Uno no hace cine para ganar premios sino para que la gente vaya a ver tu trabajo. Los premios sólo sirven para colocar la película en un lugar mejor", comenta el director, quien confiesa que eligió el boxeo como nexo de los protagonistas porque "no se hacen casi películas de boxeo en España", una idea que coincide, "por azar", con el auge de filmes recientes que abordan este deporte, como Million dollar baby, de Clint Eastwood, o A golpes, de Juan Vicente Córdoba. "Pero es que, además, el boxeo es un deporte muy cinematográfico que representa muy bien lo que yo quería contar con esta historia: el enfrentamiento y el encuentro entre dos personajes", añade Cebrián, que colaboró como montador con Ricardo Franco en la película Después de tantos años (1994).

Con guión de Imanol Uribe y Daniel Cebrián, Segundo asalto narra el encuentro entre los mundos aparentemente irreconciliables de sus dos protagonistas. Ángel (papel con el que debuta Álex González en la pantalla grande) es un honesto y joven boxeador que intenta huir de la marginación a través del boxeo pero la irrupción en su vida de Vidal (en la piel del actor argentino Darío Grandinetti), un ex boxeador que roba bancos, hace tambalear el frágil universo del joven. Entre ambos personajes se establece una relación paterno-filial que desequilibra los esquemas establecidos entre el bien y el mal que tenía muy claro Ángel antes de conocer a su nuevo mentor. Ahora, el joven boxeador tendrá que decidir entre quién es y lo que quiere ser. Eva Marciel, Laura Aparicio, Alberto Ferreiro, Maru Valdivielso, Pepo Oliva y Francesc Orella integran el resto del reparto.

"Ahora que está tan de moda trabajar con no actores a mí me gusta trabajar con sí actores", comentó el realizadpr al ser preguntado sobre el casting de su película. Según Cebrián, tardó mucho tiempo en encontrar al actor idóneo para el personaje del joven boxeador. "Cuando vi a Álex [de la serie de televisión Un paso adelante] se me iluminó el mundo. Era él. Tiene cara de ángel y cuerpo de pecado".

La cinta, rodada íntegramente en Madrid, a ritmo de música urbana y de tango electrónico, retrata los barrios marginales de las grandes ciudades, así como la explotación laboral con contratos precarios y la difícil integración de los inmigrantes.