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Una compañía de Taiwan, nuevo patrocinador del Real Madrid

"No hay que olvidar que hoy en día el fútbol es como una empresa y si hay alguna que destaque en el mundo futbolístico, ésa es el Real Madrid". Esas fueron las palabras que pronunció Florentino Pérez, el presidente del club blanco, hace tres años, cuando cerró el acuerdo de patrocinio con la multinacional alemana de telecomunicaciones Siemens por unos 15 millones de euros anuales. La fecha de caducidad de aquel contrato expiraba este año, pero ayer el Madrid anunció que la compañía BenQ Mobile se convertirá en el principal patrocinador del equipo desde la temporada 2006 hasta la de 2010. Cinco años en los que el club blanco se asegura, según estimaciones del mercado, unos ingresos cercanos a los 100 millones de euros, la mayor cantidad de dinero que percibe un equipo de fútbol por parte de un patrocinador.

Siemens no se esfuma, al contrario, en la camiseta aparecerá la doble marca BenQ-Siemens. La historia es simple. El pasado mes de marzo la firma taiwanesa BenQ hizo efectivo el traspaso de la sección de telefonía móvil de Siemens. La absorbió. Esta multinacional es una de las más fuertes en su sector y tiene presencia en los mercados occidentales, pero, sobre todo, en los orientales, algo que interesa en el club blanco. "La proximidad de BenQ Mobile al mercado asiático nos ayudará a desarrollar y expandir nuestras actividades en esta zona", dijo José Ángel Sánchez, director general de mercadotecnia del Madrid, en la página web del club.

Sánchez ha llevado las negociaciones con esta empresa del sector de la telefonía móvil. Su presidente, Clemence Joos, destacó la "profesionalidad", el "trabajo en equipo" y la "calidad" del Real Madrid. "Este patrocinio es un progreso lógico en la participación de BenQ en los campeonatos europeos de fútbol, en Portugal y los patrocinios en fútbol de Siemens", apostilló.

Muy lejos quedan los 3 millones de euros que Zanussi pagó al Real Madrid en 1982 en su primer contrato publicitario. Parmalat y Reny Picot fueron las siguientes, pero no superaron esa cantidad. En 1992, Otaysa pagó 3,6 millones por dos años. Después cogería el testigo Teka, que por ocho años pagó 7,2 millones.

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