"Yo no sé trabajar fuera de la ley", afirma el propietario de la empresa portuguesa

Los cinco trabajadores portugueses fallecidos ayer en el accidente de Almuñécar estaban contratados por la empresa Douro Montemuro, con sede en la localidad norteña de Cinfães, vecina al río Duero. La sociedad, según explicó su dueño, José Cardoso de Silva, funciona "desde hace tres años" y tenía, siempre según su propietario, a "todos los trabajadores en regla, con seguridad social, seguros de vida, etcétera". Cardoso explicó que tiene en nómina a "160 o 170 trabajadores" y que "al menos 40 están trabajando en España, y que de éstos había unos 20 en la obra de Granada".

El empresario, que anoche viajaba hacia Almuñécar en coche "para acompañar al resto de empleados desplazados en este momento de terrible dolor", desmintió los rumores que circularon durante la tarde en Portugal según los cuales la compañía que contrató a los trabajadores era una empresa fantasma: "La empresa está registrada, y los contratos estaban en regla, yo no sé trabajar fuera de la ley", insistió Cardoso, quien dijo que desconocía aún los motivos del accidente.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores portugués dijo anoche que la gran preocupación del Gobierno luso es descubrir el tipo de empresa que subcontrató a los trabajadores muertos en Almuñécar para poder ayudar a sus familias: "Nuestra mayor preocupación ahora es averiguar si la empresa existe o no, si es real o no, porque nuestra impresión, a falta de confirmación, es que se trata de una empresa fantasma. Nuestro cónsul en Sevilla", añadió, "está viajando hacia la zona y en contacto con las autoridades andaluzas para comprobar si todo estaba legal, cómo se hicieron los contratos, quién los hizo, si se hicieron, y en qué condiciones estaban trabajando esas personas".

El portavoz de Exteriores dijo que no son raras las subcontrataciones de trabajadores lusos en España "en condiciones ilegales o incluso sin contratos", "especialmente en Galicia", y que espera que en la próxima cumbre bilateral de Évora se aborde el asunto: "No podemos continuar así, con esas contrataciones salvajes", dijo el portavoz:

"Muy jóvenes"

Los trabajadores portugueses fallecidos vivían de alquiler en Almuñécar, alguno incluso con sus familias, sus mujeres y sus hijos, que iban al colegio en la localidad granadina, según explicó anoche Fernando Morcillo, el propietario del Mesón Tropical, donde los operarios de la autovía tomaban el bocadillo. Según este hostelero, los trabajadores portugueses eran todos jóvenes, "de menos de 40 años". Volvían cada 15 días de fin de semana a Portugal y la mayoría llevaba más de un año en la obra.

El sexto trabajador fallecido era gallego. Ha sido identificado como E. A. S., de 24 años de edad y natural del municipio coruñés de Ribeira, de 24 años de edad, según informó a Europa Press un portavoz de la empresa para la que trabajaba, Estructura y Montajes de Prefabricados. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Granada para practicarle la autopsia. Según informaron fuentes del sindicato UGT, el cuerpo de este trabajador será trasladado a su localidad de origen, Ribeira.

Estructuras y Montaje de Prefabricados emitió ayer un comunicado en el que lamenta el accidente y anuncia que abrirá una investigación para conocer el motivo del siniestro. Además, se comprometió a establecer medidas de apoyo a las familias afectadas.

No es la primera vez que un accidente laboral en la autovía entre La Herradura-Taramay se cobra una vida. El 18 de enero, una viga de 155 toneladas que se desprendió de un puente aplastó a un hombre de 42 años. Para liberarle, fue necesario que varias grúas trabajaran durante dos horas. El trabajador, que quedó tetrapléjico, murió dos meses después en el hospital.

El delegado de UGT en Granada, Mariano Campos, explicó que, desde entonces, el sindicato ha visitado en varias ocasiones las obras y "todo se desarrollaba con normalidad". No han recibido ninguna queja de los trabajadores acerca de que no se cumpliera la normativa de prevención de riesgos laborales.

También en este tramo de la autovía del Mediterráneo, entre Nerja y Motril, resultó herido un trabajador. El siniestro se registró el 15 de octubre, en el tramo Nerja-Almuñécar, cuando la detonación accidental de un explosivo causó una lluvia de piedras en el núcleo el Maro. La explosión se produjo cuando una máquina que trabajaba en las obras picó un explosivo que permanecía en el lugar de anteriores voladuras, según la Policía Local, lo que ocasionó heridas leves al operario debido a la rotura del cristal del vehículo.

La Consejería de Salud ha puesto a disposición de los familiares de los trabajadores fallecidos y heridos en el accidente un servicio de ayuda psicológica compuesto por ocho psicólogos procedentes de Jaén, que ya se han desplazado a Granada y Almuñécar.