El Málaga deja reaccionar al Depor

El Deportivo sigue siendo fruta prohibida para el Málaga y mucho tendrán que esperar los pupilos de Antonio Tapia para tener una ocasión tan propicia como la vivida ayer en La Rosaleda, donde los locales no saben lo que es celebrar dos victorias seguidas desde hace nueve meses. Al Málaga le faltó oficio. Primero para asestar el golpe definitivo a su rival cuando más tocado estaba, y después para matar un partido que se volvió loco tras el soberbio gol de Nacho.

Los corsés tácticos del primer tiempo volaron tras el zurdazo del canterano y en una segunda mitad marcada por las galopadas de uno y otro equipo, Valerón aprovechó un contragolpe para igualar el encuentro, permitiendo a los suyos puntuar por sexta temporada consecutiva en Málaga y evitar que Tapia se apuntara el 3-0 en su cuenta particular de enfrentamientos con Joaquín Caparrós.

El técnico blanquiazul le tiene cogida la medida al sevillano. Ya dejó constancia de ello la pasada temporada al ganarle los dos partidos cuando Caparrós entrenaba al Sevilla y ayer volvió a ponérselo muy complicado. En un duelo netamente táctico, marcado por el derroche físico, el primer asalto fue, a los puntos, para los locales, que no se marcharon al descanso con ventaja por su escasa puntería. Las ocasiones continuaron en el segundo tiempo, pero el Deportivo entró en el intercambio de golpes. La madera le devolvió a los locales lo que le arrebató a Salva en el primer tiempo, evitando un gol de Tristán. No fue la tarde de ninguno de ellos y sólo dos peloteros como Nacho y Valerón fueron capaces de acabar con tanta presión y tanto juego de desgaste.

Al margen de los últimos resultados (dos empates), la mejoría del Málaga es evidente. Por lo pronto, sabe a lo que juega y eso en el fútbol actual es mucho decir. Claro está que ayer se encontró con un equipo muy trabajado que renuncia, si es necesario y sin reparos, a crear fútbol si de no perder se trata.