Lluvia de insultos racistas contra Eto'o

En Getafe, con Samuel Eto'o llueve sobre mojado. La pasada temporada, cuando el Barcelona visitó el Coliseo Alfonso Pérez, un amplio sector de la grada la tomó con el camerunés, imitando los gruñidos de un simio. Y como Eto'o sigue siendo negro y a Getafe se supone que siguen viniendo más o menos los mismos a ver los partidos, ayer se repitió la história, escuchándose más gritos racistas. Se oyeron antes incluso de que empezara el partido: cuando el autocar del Barcelona llegó al campo, Eto'o pudo percibir cómo le llamaban mono, directamente, de viva voz, y el patetico gruñido que trata de imitar a un simio, que se repitió en el primer tiempo y cobró mayor fuerza tras el descanso.

A tal nivel llegó el tema que el Getafe, a través de los servicios de megafonía instó a los aficionados "a tratar con respeto a los jugadores rivales". Entonces, los gruñidos se tornaron en pitos cada vez que Eto'o tocaba el balón. También por iniciativa de la directiva azulona, en el marcador electrónico apareció un mensaje inteligente. Bajo un expresivo "No al racismo", una mano blanca estrechaba una negra, con un balón por testigo.

Eto'o, que va a lo suyo, tardó ayer 57 segundos en poner al Barça en ventaja. Silvinho le robó la cartera a Pulido y el goleador africano encontró un agujero junto a la base del palo derecho de la portería de Luis García, marcando su décimo gol en los once partidos que se llevan jugados en esta Liga, que anoche tuvo dedicatoria especial: Samuel miró al cielo, como buscando a un buen amigo de la familia, fallecido recientemente. Luego, generoso, asistió a Giuly para que marcara el 0-2, completando un buen partido. Será que, por desgracia, está tan habituado a aguantar este tipo de conductas racistas que ya no le afectan.