El aeropuerto de Sabadell pugna por seguir existiendo
Las empresas y los trabajadores se lamentan de las pérdidas y reclaman que se paren las obras "ilegales"
Al sur de Sabadell hay dos vecinos desavenidos por falta de espacio. Uno es el aeropuerto de 85 hectáreas inaugurado en agosto de 1932, con 27 empresas que dan trabajo a 400 personas. El otro, que le abraza sin casi dejarle espacio para respirar, está formado por ciudades con un crecimiento urbanístico espectacular. En nueve años, Sant Quirze ha pasado de 10.000 a 18.000 habitantes, mientras que Barberà construyó el año pasado 244 viviendas nuevas y el anterior, 256. El tercer municipio en discordia con el aeropuerto es Badia, que, con un kilómetro cuadrado de superficie, no tiene por dónde expandirse. Aun así, a menos de 250 metros de la valla del aeropuerto proyecta una gasolinera.
Desde 2001, Fomento ha invertido 12 millones de euros, y en verano adjudicó obras por 3,5
De cada 150 aeronaves que despegan a diario, 105 están tripuladas por alumnos en prácticas
El panorama está claro. Hay un aeropuerto con un cinturón que le aprieta demasiado: muchos pisos y grúas sin el permiso de Aviación Civil. Lo dijo el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, que visitó el aeropuerto el 26 de octubre, dos días después del accidente en el que fallecieron los cuatro ocupantes de una avioneta al chocar contra una grúa que ocupaba el espacio de seguridad del aeropuerto. Su conclusión fue que había muchas grúas que "no consta que tengan autorización", y afirmó que serían retiradas "de forma inmediata". Pero el 4 de noviembre, el director del aeropuerto de Sabadell, Antonio Navarro, aún no había recibido la notificación de Aviación Civil para poner en marcha el desmantelamiento.
La construcción, uno de los mayores negocios en España, no cesa. Indignados, los trabajadores repetían en las movilizaciones de protesta por el cierre cautelar: "No entendemos por qué tenemos que estar parados y los constructores, que son los que han cometido una ilegalidad, siguen construyendo". Los vecinos se quejan de que pueden incluso ver las caras de los pilotos y del ruido, pero las viviendas de Mas Duran, la zona donde se estrelló la avioneta, se venden de inmediato. Un piso de 100 metros cuadrados no baja de los 400.000 euros
El 16 de julio de 2001 el Ministerio de Fomento publicaba en el BOE el plan director del aeropuerto de Sabadell. Lo definía como "un aeropuerto de interés general", abierto al tráfico nacional e internacional. El texto reconocía que "presenta una serie de insuficiencias en sus instalaciones que imposibilitan la gestión de la demanda, por lo que debe actuarse para mejorar su situación, manteniendo en todo momento la oferta en los niveles de calidad de servicios adecuados como aeropuerto básico de la Aviación General de la provincia de Barcelona". Desde que se el plan, aprobó, AENA ha invertido más de 12 millones de euros y en el verano pasado adjudicó por 3,5 millones de euros las obras para construir una nueva terminal y una torre de control.
Fueron muchos los empresarios que invirtieron ante las expectativas de crecimiento y mejora del aeropuerto después de la aprobación del plan director. En 2001 AENA editaba el vídeo Rumbo al futuro, en el que explicaba que en Sabadell "se da la mayor concentración de helicópteros civiles del Estado, hay taxis helicópteros que unen la ciudad con Andorra en 40 minutos" y que "con una superficie de 85 hectáreas es el lugar ideal para la aviación general". Las cifras hablan por sí solas. En 1997 había 14 empresas y 186 empleados, actualmente hay 27 empresas y 400 trabajadores.
La principal actividad es la que más preocupa a los vecinos, las prácticas de vuelo. De cada 150 aeronaves que despegan y aterrizan diariamente en el aeropuerto, 105 son tripuladas por alumnos. En 2000 se formaron 200 pilotos, el 80% comerciales, y se titularon 60 nuevos tripulantes de cabina de pasajeros y 25 mecánicos de vuelo. Las escuelas tienen muchos planes de futuro. El consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, inauguró tres días antes del accidente las instalaciones de la escuela de pilotos Top Fly. "Nos felicitó por nuestro proyecto de ampliar la docencia y abrirnos al mercado europeo y asiático, llevamos dos años trabajando para acoger alumnos del norte y el este de Europa y de Asia", explica el director de la escuela, Francesc Miralpeix.
El Aero Club es un usuario histórico. En 2004 tenía 31 aeronaves, 13 hangares y un taller de mantenimiento, y viene formando a pilotos privados desde 1953. Mercè Martí, con varios títulos logrados en carreras aéreas y vueltas al mundo tripulando un avión, invirtió hace cuatro años más de 1,5 millones de euros en su empresa, Infinit Air. Con el cierre temporal decretado el pasado día 24 de octubre por el Ministerio de Fomento ha perdido mucho dinero. "En este aeropuerto se hace de todo menos vuelos comerciales. Yo tengo dos contratos muy importantes con la Generalitat. Hago toda la información viaria y por el cierre se ha quedado sin cubrir el campeonato del mundo de rallies".
Hay muchas otras empresas; una de ellas es la de Trabajos Aéreos y Fotogramétricos (TAF), que llegó a Sabadell procedente de El Prat en 1953. En el verano de 2004, durante la campaña contra incendios forestales, su plantilla aumentó hasta 105 trabajadores. Es responsable del mantenimiento de los helicópteros de la Generalitat, y desde sus aviones se filmaron y se fotografiaron los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Dora Hernández, responsable de Tavisa, se dedica a la publicidad y la fotografía aérea desde hace 25 años. "Llevamos desde las pancartas que todo el mundo puede ver en la playa hasta el seguimiento de obras públicas y privadas, como la transformación de Barcelona antes de los Juegos o la construcción del Fórum", relata Hernández.
De las pistas del aeropuerto salen los helicópteros y las avionetas de prevención y extinción de incendios, los que realizan fotografías para el Instituto Cartográfico de Cataluña, los de Inspección Pesquera, los aviones de Medio Ambiente que vigilan las aguas del litoral y de los ríos y los agentes rurales que estudian el comportamiento de las aves.
¿Alternativas? El piloto Jordi Mateu recuerda que sólo se puede obtener la licencia de piloto comercial en los aeropuertos de Cuatro Vientos (Madrid), Matacán (Salamanca) y Manises (Valencia). El responsable de la escuela del Aero Club de Sabadell, Carles Salafranca, señala que la única alternativa es El Prat. "Para trabajar en condiciones necesitamos una torre de control, servicios de bomberos, de meteorología y de planes de vuelo". Estos requisitos no se cumplen en los aeródromos de Anoia y Bages.
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