Feijoo opta a liderar el PP gallego para llevar a Rajoy a La Moncloa
El ex vicepresidente de la Xunta no descarta acuerdos con los nacionalistas
La lista de candidatos para suceder a Manuel Fraga en el liderazgo del PP gallego se completó ayer tras salir a escena el cuarto y más esperado de los aspirantes. Alberto Núñez Feijoo, de 44 años, ex vicepresidente primero de la Xunta, a quien sus compañeros consideran el favorito de Mariano Rajoy, anunció su propósito de competir en el congreso de enero para hacerse con la dirección del partido y contribuir a que "un gallego llegue a La Moncloa".
"Me parece metafísicamente imposible que haya una escisión en el partido"
"Una cosa es el apoyo de los presidentes y otra lo que voten los compromisarios"
"Si ganase y me faltasen dos o tres escaños, intentaría pactar con el PSOE o el BNG"
Feijoo se afanó por desmentir su imagen de "hombre de Madrid" y máximo representante de los birretes, como se llama al sector del PP gallego más urbano y más identificado con Rajoy, opuesto a la facción de la boina, ruralista y autonomista. El ex vicepresidente primero proclamó su adhesión al galleguismo y su interés en defender la autonomía de la organización regional, las dos banderas que la pasada semana enarboló el candidato con mayores apoyos en el sector rural, Xosé Cuiña, antiguo delfín de Fraga. También coincidió Feijoo con Cuiña en propugnar que el PP, dadas las circunstancias políticas de Galicia, no debe excluir pactos con ninguna otra formación, incluidos los nacionalistas.
Pero Núñez Feijoo fue el único en incluir expresamente entre los objetivos de su candidatura el respaldo a Rajoy "para que un gallego", dijo, "pueda ser presidente del Gobierno". Feijoo apostó por un cambio de "estilo y de modelo" en el PP gallego y por la "renovación generacional". Anunció que si es elegido se esforzará por acercar el partido a los grupos de población más jóvenes y urbanos, que en los últimos años del Gobierno de Fraga se orientaron mayoritariamente hacia la izquierda.
El ex vicepresidente, sin embargo, rechaza el proyecto de "refundar" el partido, como propuso hace unos días Cuiña al presentar su candidatura. "No creo que haya que refundar lo que funciona bien. Y el PP gallego no ha sufrido ningún fracaso electoral estrepitoso", argumentó.
Además de Cuiña y Feijoo, se han postulado también para competir por la sucesión el ex vicepresidente segundo y líder del PP de Lugo, Xosé Manuel Barreiro, defensor de la integración entre los dos grandes sectores enfrentados, y el ex consejero de Pesca Enrique López Veiga, quien aboga por una renovación drástica y por arrinconar a la facción ruralista.
400 firmas de compromisarios
Para que las candidaturas se formalicen ante el congreso, cada uno de ellos necesitará el apoyo de al menos 400 de los 2.500 compromisarios (2.000 se elegirán en las asambleas de afiliados y el resto serán delegados natos por los cargos que ocupan en el partido o en las instituciones públicas). La mayoría de los dirigentes del PP cree que López Veiga tiene escasas posibilidades de lograr el mínimo exigido y probablemente quedará fuera de la pugna.
Feijoo explicó que, antes de postularse, se había cerciorado de que cuenta con el respaldo "mayoritario" en Pontevedra, la provincia donde está afiliado y la que cuenta con más compromisarios. Al ex vicepresidente primero también le ha brindado su respaldo la dirección del partido en A Coruña, la segunda circunscripción con más militantes.
Aunque esos apoyos le conceden una teórica ventaja inicial, la situación en el partido es muy confusa y la mayoría de los dirigentes se muestra muy cautelosa en los pronósticos. Existe, además, una desconfianza generalizada sobre la sinceridad de los respaldos públicos a los candidatos. Hasta tal punto que, hace unos días, el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, quien promueve un manifiesto de alcaldes a favor de Feijoo, admitió que es posible que algunos de los que le den su apoyo público acaben votando a otro candidato, incluido Cuiña, el más enfrentado a Rajoy.
Nada más presentar su candidatura, Feijoo se encontró con el rechazo de un histórico dirigente del sector rural, Francisco Cacharro, presidente de la Diputación de Lugo, quien le descalificó por su supuesta vinculación al "aparato oficial del partido". Cacharro también se quejó de las "recriminaciones injustas" que está recibiendo Cuiña, después de que, hace unos días, Fraga tratase de "personaje" al que fue su delfín durante más de una década. El ex presidente de la Xunta matizó el pasado jueves que sus diferencias con Cuiña con sólo políticas, pero que aún le profesa "mucha estima" y no ha "roto relaciones con él".
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