La NBA ordena el armario
Los jugadores tendrán que vestir de acuerdo con unas normas oficiales
La NBA, el torneo de baloncesto más importante del planeta, echó a andar la pasada madrugada con una curiosa novedad: la implantación de un código de vestimenta para todos los jugadores. Según el director de la competición, el comisionado David Stern, la razón de esta medida es "limpiar la muy dañada imagen de la Liga". Para Stern, a quien deben rendir cuentas los jugadores no es al mundo del hip-hop, que marca la moda entre los jóvenes, sino a las empresas que pagan 200.000 dólares al año por los palcos de lujo y a los inversores que llenan de dinero los bolsillos de estos deportistas. En definitiva, si la cultura del hip-hop es la imagen de la Liga, el mundo de las grandes empresas es quien la financia.
Iverson ha preguntado si puede rellenar por adelantado un cheque para pagar las futuras multas
Los jugadores deberán respetar el código en la entrada y salida de los estadios, cuando asistan a algún evento organizado por sus equipos o la NBA, durante entrevistas o en campañas de promoción y marketing. Pero al contrario de lo que sucede en Europa, donde los jugadores de un equipo de fútbol están acostumbrados a usar todos la misma vestimenta, los jugadores de la NBA podrán arreglarse dentro de unos parámetros. Se acabaron las zapatillas de deporte, las gorras, los pantalones cortos, las camisetas, ya sean las anchas que lleva Allen Iverson o las deshilachadas y ajustadas de Steve Nash. Además, los jugadores deberán dejar los medallones colgantes en casa, al igual que las cintas para el pelo, mientras que las gafas de sol y auriculares quedan vetados dentro de los recintos deportivos. Así que se espera de ellos un polo o una camisa, una chaqueta, pantalones de vestir y zapatos. El corte, el diseño y los colores los elegirán a su gusto.
Tras esta medida los tambores de rebelión pronto comenzarán a sonar. Nadie como Marcus Camby, pívot de los Denver Nuggets, para definir en una frase la acogida que ha suscitado entre los grandes de la NBA: "La Liga no puede obligarnos a aplicar el código a no ser que entregue a cada jugador un aguinaldo para ropa". Curiosa sugerencia procedente de alguien que cobra cerca de siete millones de euros por temporada. Para Rip Hamilton, escolta de los Pistons de Detroit, muchos jugadores preferirán pagar las multas impuestas por saltarse el código e ir como les dé la gana. De hecho, Allen Iverson ha preguntado en la NBA si podría firmar un cheque para cubrir por adelantado las futuras multas y así olvidarse de polémicas. Stephen Jackson, uno de los jugadores de los Indiana Pacers involucrados en la pelea de Auburn Hills hace casi un año, ha denunciado la medida como racista, ya que sólo afecta a los jugadores afroamericanos que siguen las modas impuestas por los seguidores de la música hip-hop. Lo curioso es que a Jackson no le importa vestirse con traje. Lo que le saca de quicio es no poder usar sus joyas porque, según él, se siente desnudo sin ellas.
Pero no todo el mundo es contrario a esta campaña. El reverendo Jesse Jackson aplaudió la medida relacionando las nuevas tendencias con lo que llamó el efecto de la cultura de la cárcel. "En prisión, uno no puede llevar cinturón, ni cordones en las zapatillas por miedo a que puedas ahorcarte... Nadie diseña esta moda. Es la cultura de la cárcel y debiera desaparecer".
De hecho, hubo un tiempo en la NBA en la que la entrada y salida de los recintos era lo más parecido a la alfombra roja de la ceremonia de los Oscar. Michael Jordan, Magic Johnson, Charles Barkley... y hoy en día Alonzo Mourning y Shaquille O'Neal, siempre relucientes, en trajes nunca repetidos, llegaron en más de una ocasión a ser elegidos por la revista de moda masculina GQ, como los hombres más elegantes del país.
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