Un hombre y una mujer mueren apuñalados en Móstoles y en Vallecas en menos de 16 horas
La segunda víctima fue hallada después de que fuera incendiada su vivienda en Entrevías
La región sufrió dos homicidios en menos de 16 horas. Un hombre de 35 años, Luis Miguel Larraga Morata, murió el lunes por la noche en el servicio de urgencias del hospital de Móstoles tras recibir varias puñaladas en el abdomen. Un amigo de la víctima, Ricardo Modino Pinto, de 37 años, resultó herido grave. El segundo asesinato se produjo en la avenida de San Diego (Puente de Vallecas), cuando los bomberos extinguieron un incendio en una vivienda en la que hallaron a Manuela Martín Lozano, de 42 años, con varias puñaladas en el pecho. También tenía puestas varias tiras de esparadrapo en la boca. Estas dos muertes violentas elevan a 49 los homicidios registrados en la región en lo que va de año.
La policía se enteró del primer homicidio sobre las once de la noche del lunes, cuando la comisaría de Móstoles recibió una llamada del hospital. En ella les informaban de que Luis Miguel Larraga Morata, un vecino de Paracuellos del Jarama casado y con un hijo de 13 años, había fallecido víctima de las puñaladas que había recibido en el abdomen.
Cuando los agentes se personaron en el hospital, interrogaron al acompañante de Larraga, Ricardo Modino Pinto, de 37 años. Éste comentó que ambos se encontraban en la estación central de Móstoles de Renfe y Metrosur, donde hicieron algunos comentarios sobre una chica que se hallaba cerca. Entonces un grupo de jóvenes, supuestamente magrebíes, se acercó a ellos y comenzó a agredirles con armas blancas, dejándoles heridos.
Ambas víctimas fueron trasladadas en una furgoneta al servicio de urgencias del hospital de Móstoles, sin que el conductor se quedara en el lugar. Al poco, murió Larraga como consecuencia de las graves heridas que sufría. Ingresó con evisceración [salida del paquete intestinal], según fuentes policiales. Su acompañante sufría heridas en el tórax de carácter menos grave, por lo que ayer fue trasladado a planta.
La policía intentaba reconstruir ayer por la mañana lo ocurrido, ya que la versión facilitada por el herido no encaja a los investigadores. Los agentes no hallaron ningún lugar manchado de sangre en los alrededores de la estación. Tan sólo encontraron unas ropas, que están siendo analizadas por si corresponden a la víctima o a sus agresores. Tampoco había ningún reguero por la zona.
Uno de los puntos que está investigando la policía es la furgoneta en la que fueron trasladados los heridos. Un testigo pudo anotar la matrícula. En principio, se trata de un vehículo alquilado en Castellón de la Plana, cuyo conductor huyó tras dejar a las víctimas.
El cuerpo de Larraga fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, en la capital, donde ayer le fue practicada la autopsia. La familia acudió a primera hora de la tarde, pero no pudo disponer del cadáver, ya que el juzgado de guardia de Móstoles no había dejado preparada la documentación para el sepelio. La tragedia se ha cebado en los últimos años con la familia Larraga Morata. Hace tres años, falleció de una larga enfermedad un hermano dos años menor que Luis Miguel. "Hemos tenido tres hijos y ahora sólo nos queda la pequeña. Esto es una enorme desgracia", no paraba de decir Julia, la madre del fallecido.
Cristalero de profesión
Los familiares señalaron que el herido había ido a Móstoles para colocar unos cristales. Antes había estado trabajando como albañil con pladur. Larraga tenía antecedentes ya caducados por lesiones, robos y reclamaciones judiciales. Su acompañante también tenía detenciones por coacciones y detención ilegal, según la policía.
"Mi hijo era una persona estupenda, a la que todo el mundo quería y respetaba. Lo que hay que hacer es acabar con tanta muerte que se produce todos los días", concluyó José Luis, el padre, muy afectado.
Justo cuando la familia de Luis Miguel Larraga acudía al Instituto Anatómico Forense, la policía descubría el segundo homicidio del día. Una mujer de 42 años, Manuela Martín Lozano, era hallada muerta en su domicilio, en la puerta 4 del piso cuarto del número 93 de la avenida de San Diego, en Entrevías. Los bomberos habían acudido pasadas las tres de la tarde a ese domicilio, ya que habían sido avisados de que había un incendio.
Al lugar acudieron dos dotaciones, que se encontraron la vivienda en llamas. Cuando terminaron de extinguir el fuego, hallaron a la mujer tumbada en la cama. Los bomberos se dieron cuenta de que la mujer tenía parcialmente quemado el cuerpo, en especial la parte superior y la cara. Pero aun así eran visibles las varias puñaladas que su asesino le había asestado en el pecho. Además, tenía la boca tapada con esparadrapo. Los facultativos del Samur-Protección Civil sólo pudieron certificar la muerte.
La víctima tenía dos antecedentes por tráfico de drogas y otro por resistencia a la autoridad. Los agentes del Grupo VI de Homicidios se han hecho cargo de ambas investigaciones. Este homicidio eleva a 49 las muertes violentas en la región en lo que va de año.
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