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Otegi ve incompatible la dispersión de presos con un proceso de paz

Encapuchados queman una estación de tren en Rentería tras la muerte de un recluso etarra

Batasuna consideró ayer "incompatible" el mantenimiento de la política de dispersión de los presos de ETA con el inicio de un proceso de paz. Unas 500 personas, entre ellas dirigentes de la formación ilegalizada, acompañaron la llegada al Ayuntamiento de Bera de Bidasoa (Navarra), donde fue concejal por HB, del féretro de José Ángel Alzuguren, hallado ahorcado el lunes en su celda de la cárcel de Soria, donde cumplía condena por colaborar con ETA.

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La muerte de Alzuguren ha provocado en las últimas horas un rebrote de los actos de kale borroka en diferentes localidades del País Vasco y Navarra. El suceso más grave se produjo pasadas las diez de la noche del lunes, cuando un grupo de encapuchados quemó la oficina del jefe de estación de Eusko Tren de Galtzaraborda, en Rentería (Guipúzcoa), tras obligarle a salir de su despacho. El ataque causó cuantiosos daños materiales.

Agentes de la Guardia Civil detenían poco después en San Sebastián al joven I. A. Z., acusado de participar en los disturbios y la quema de contenedores que siguieron a una concentración de protesta en el centro de esa ciudad. Un ertzaina de paisano tuvo que hacer un disparo al aire para dispersar a los alborotadores.

Ayer se sucedieron incidentes en las localidades guipuzcoanas de Mondragón, donde una persona quemó un cajero automático de Banesto, y Pasaia, donde varios encapuchados cortaron los dos carriles de la N-I en sentido a Irún con una barricada, lo que causó importantes retenciones. En Tafalla (Navarra) varios desconocidos arrojaron pintura roja y amarilla contra la fachada de la sede del PSN-PSOE. Batasuna convocó por la tarde concentraciones de protesta ante las sedes socialistas de las tres capitales vascas, que se celebraron bajo vigilancia policial.

Vecinos de Bera, familiares y amigos del preso fallecido y simpatizantes de la formación ilegalizada se congregaron a primera hora de la tarde en la Plaza del Ayuntamiento de la localidad navarra para recibir el cadáver de Alzuguren, de 39 años. Su féretro fue transportado a hombros por representantes de la izquierda abertzale, entre ellos el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi; el secretario general del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, y Juan María Olano, dirigente de las ilegalizadas Gestoras pro Amnistía. Las puertas del consistorio, gobernado por EA, se abrieron para que el ataúd, cubierto por una ikurriña, una bandera de Navarra y el anagrama de Gestoras, fuese introducido en el salón de plenos, habilitado como capilla ardiente y presidido por una pancarta con el lema Agur eta ohore ("Adiós con honor") y una fotografía del ex edil. Sólo los familiares accedieron al salón en los primeros momentos.

Los concentrados corearon, entre otros lemas, gritos de "asesino" dirigidos al PSOE. Un viva a ETA proferido en euskera por una persona fue acallado con pitidos y siseos por los asistentes.

Tras el homenaje, Otegi dijo que en los 28 meses en que ETA no ha asesinado "ha habido nueve muertos en este país", en referencia a los etarras muertos en prisiones o en accidente y a los familiares de reclusos fallecidos en siniestros de carretera cuando acudían a visitar a sus parientes. "No es cierto que ligadas al conflicto no hayan existido víctimas mortales en los últimos 28 meses", reiteró. "La responsabilidad de estas muertes es del PSOE y del Gobierno", dijo Otegi, para advertir a continuación de que "no se pueden seguir manteniendo estrategias de aniquilación del colectivo de prisioneros políticos y pretender que existe una voluntad real de encarar un proceso de resolución del conflicto. Estos intentos de seguir haciendo compatibles ambas cosas están condenados al fracaso", resumió.

El líder abertzale reclamó "desactivar inmediatamente" la dispersión de presos y apostilló que "una movilización contundente" en casos como el de Alzuguren "es el mejor seguro para poner en marcha un proceso de paz".

De izquierda a derecha, Juan María Olano, Arnaldo Otegi, un familiar de José Ángel Alzuguren, preso de ETA que se suicidó el lunes pasado en la cárcel de Soria, y Rafael Díez Usabiaga, portando el féretro del fallecido.
De izquierda a derecha, Juan María Olano, Arnaldo Otegi, un familiar de José Ángel Alzuguren, preso de ETA que se suicidó el lunes pasado en la cárcel de Soria, y Rafael Díez Usabiaga, portando el féretro del fallecido.LUIS AZANZA

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