La prensa musulmana crece en Londres
Reino Unido tiene una significativa oferta de periódicos y revistas escritos en inglés y pensados para su comunidad islámica
Al margen de los periódicos en lengua árabe editados en Londres o los que llegan desde el extranjero, los musulmanes británicos tienen a su alcance una modesta pero significativa oferta mediática escrita en inglés y pensada para ellos. Unos compiten por la noticia caliente a precio asequible o gratuito, como el veterano The Muslim News y el más reciente The Muslim Weekly, que combinan sus ediciones de papel con dinámicas ediciones electrónicas. Otras, como la elegante Q News, se dirigen a un público más elitista y de clases medias y bucean en el mundo del diseño y de la mujer sin dejar de lado la política. Una fórmula semejante han adoptado dos revistas apenas recién llegadas al mercado, Emel y Salam, que presentan ofertas ideológicas distintas dirigidas a los musulmanes británicos de segunda o tercera generación.
"Necesitamos medios musulmanes porque 'los otros' no informan sobre nuestras preocupaciones"
"La razón por la que tiene que haber medios musulmanes en este país es que los otros periódicos no informan sobre las cuestiones y las preocupaciones musulmanas", afirma Ahmed Versi, director de The Muslim News, un periódico mensual que se edita desde 1989. "Hay abusos de derechos humanos que sufren los musulmanes, como ataques, identificaciones policiales en la calle, detenciones que nunca acaban en cargos. Esas cuestiones no se cubren con la extensión que quisiéramos en la prensa convencional y por eso necesitamos una voz alternativa". "Muchos medios tienen una línea antiislámica y también por eso necesitamos una voz alternativa para nuestra comunidad y para otros que quieren saber cuál es la verdadera situación", insiste.
The Muslim News imprime entre 28.000 y 30.000 ejemplares, según los meses, se distribuye de manera gratuita en mezquitas y centros islámicos y Versi estima que es leída cada mes por más de 120.000 personas porque las familias se la llevan a casa. "Es el periódico de minorías más leído del país", presume. "El nuestro es un diario muy serio. Hacemos campañas sobre cuestiones como el terrorismo y cada historia en The Muslim News es propia, no se trata de recortar y pegar noticias de otros medios, como hacen muchos medios de minorías étnicas que en general se limitan a copiar a las agencias y a otros diarios. Hacemos mucho trabajo de investigación propia".
The Muslim Weekly, aparecido hace dos años, tiene una tirada bastante más modesta y se vende en los quioscos por 50 peniques, unos 75 céntimos de euro. Su presencia es significativa en los barrios del este de Londres, aunque tiene la vocación de llegar también a las comunidades musulmanas del centro y el norte de Inglaterra. Recientemente ha empezado a repartirse de manera gratuita en las mezquitas. Su edición de esta semana, con fecha del 28 de octubre, abría con los incidentes raciales del pasado fin de semana en Birmingham y con las recientes y polémicas declaraciones del presidente de Irán en las que afirmaba que "Israel debería desaparecer del mapa".
La prensa para musulmanes no es un fenómeno nuevo. Las primeras publicaciones empezaron a editarse en los años setenta. Lo que es más novedoso es que desde hace ya algún tiempo han empezado a aparecer magazines que compiten por el mercado femenino y juvenil y por llegar a un público más intelectual, musulmanes de segunda o tercera generación en el Reino Unido. Es el caso de Q News, aparecido a principio de los años noventa como semanario político y reconvertido en los últimos años de la mano de una mujer, Shagufta Yaqub, en un mensual más pendiente del diseño y de la mujer, aunque sin dejar de lado la política. "Somos el magazine musulmán líder, leído por musulmanes británicos de segunda y tercera generación, parlamentarios, educadores", dice la revista. Q News imprime 20.000 ejemplares de cada número y es leído por 60.000 personas.
Hace casi dos años salió al mercado emel (síntesis de Musulman life, vida musulmana, y de amal, esperanza en árabe). Dirigido también al público femenino, concentra su oferta en reportajes sobre el hogar y la vida cotidiana en un intento de equiparar los modos de vida de la nueva generación de musulmanes británicos a los de cualquier otro ciudadano de clase media de este país, interesados cada vez más por la gastronomía, por el diseño y la ropa. La revista emel fue fundada por Sarah Joseph, convertida a la religión musulmana a los 17 años, y su marido, el abogado Mahmud al Rashid.
Si emel representa la fusión de la vida cotidiana de los jóvenes musulmanes británicos con el mundo occidental que les rodea, Salam parece más bien buscar lo contrario, un intento por demostrar a ese mismo segmento de población que se puede ser joven y moderno dentro de una cultura musulmana más rígida. La agenda política que parece esconderse detrás de Salam despierta recelos. La revista está dirigida por Taji Mustafa Fombo, portavoz en Reino Unido de Hizb ut-Tahrir, un grupo radical que aunque condena el uso de la violencia defiende el retorno de los musulmanes a un Estado islámico.
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