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Reportaje:

El académico que despista al mercado

Wall Street escruta con ansiedad el perfil de Ben Bernanke, el heredero de Alan Greenspan en el banco central de EE UU

El mundo de las finanzas considera a Ben Bernanke como un académico fuera de serie. Pero su amplia trayectoria universitaria constituye, más que un activo, su principal punto débil. El currículo académico que lo precede despista a los mercados y siembra dudas sobre si podrá adquirir el perfil político necesario para presidir el banco central más poderoso del mundo a partir de febrero. De momento, su mente es más proclive a la teoría que al manejo de datos. Justo lo contrario de su antecesor, Alan Greenspan.

Nacido en Augusta (Georgia) en 1953, este economista por la Universidad de Harvard, y hasta la fecha principal asesor económico de la Casa Blanca, está llamado a ser el nuevo oráculo de la política monetaria en Estados Unidos, después de que el presidente George Bush lo presentara esta semana como su candidato a presidir la Reserva Federal estadounidense (Fed), en sucesión del ya mítico Alan Greenspan, que se jubila después de 18 años en el puesto.

Bush alaba de él la claridad y el orden al expresarse, además de su transparencia
El Senado analizará con lupa su independencia respecto a la Casa Blanca

Las credenciales de Bernanke son indiscutibles, como coinciden en afirmar los analistas de los principales bancos de inversión en Wall Street. Este economista de reconocido prestigio internacional es calificado como una persona inteligente, clara, íntegra, transparente y experta en el ámbito de la política monetaria. Por eso lo creen preparado para tomar el relevo en la institución. Los expertos añaden un detalle más relevante a su favor en un momento en el que la Administración Bush atraviesa una delicada coyuntura política: Bernanke es la opción menos arriesgada para pasar el examen del Senado, que debe aprobar su designación, y la menos traumática para el mercado, que históricamente sufre con estos cambios.

Títulos no le faltan. La trayectoria académica de Ben Bernanke, a punto de cumplir 52 años, se ha fraguado en las universidades más prestigiosas de EE UU. El candidato de Bush a la Fed se formó en economía por la Universidad de Harvard -con summa cum laude- y después se hizo con un doctorado en política monetaria por el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT). Entre 1996 y 2002 presidió el departamento de economía de la Universidad de Princeton, donde desde 1985 ejerció como profesor. Su especialidad son los análisis de política monetaria.

Como afirma Allen Sinai, economista jefe en la firma Decision Economics, el candidato de Bush a presidir la Fed es "un académico fuera de serie, con una mente más teórica que orientada en los datos". Una cualidad opuesta a la de Alan Greenspan, considerado un devorador de datos y que pasará a la historia como el gurú de la Fed. Es este amplio currículo académico lo que desconcierta al mercado, aunque a corto plazo la opción de Bernanke es bien vista en Wall Street.

Pero el respeto intelectual que muestran los analistas se topa con una duda vinculada a su impecable reputación académica: sus pocas dotes como político, una cualidad necesaria para liderar la institución más poderosa en EE UU después de la Casa Blanca y el Congreso. La experiencia de gobierno de Bernanke es corta. Sólo destacan los dos años y medio ocupando uno de los asientos del comité de política monetaria de la Reserva Federal (2002-2005), y su actual cargo como presidente del comité de asesores económicos de la Casa Blanca, que desempeña desde junio. La falta de perfil político lo distancia del actual oráculo de la Fed, considerado un híbrido entre empresario, funcionario y animal político.

Goldman Sachs advierte de que "una sólida credencial académica no es necesariamente un plus para ocupar un cargo público de alto nivel". Desde el banco de inversiones UBS, sin embargo, se le atribuye un papel más activo: el liderazgo junto a Greenspan de la política monetaria de la Fed. De hecho, fue él quien forzó la respuesta ante la amenaza de la deflación que se vivió en 2003.

"No sólo su perfil académico es fuerte, además su papel en la Fed y en el consejo de asesores económicos de la Casa Blanca ha sido impresionante", remacha UBS, que recuerda el paso de Bernanke por la dirección del programa de economía monetaria del National Bureau of Economic Research. Las personas próximas a George Bush señalan, además, que el presidente alaba de él la claridad y el orden al expresarse, además de su transparencia. Es otra cualidad que le diferencia del actual presidente de la Reserva Federal, que durante sus 18 años de gobierno utilizó un lenguaje difícil de entender, incluso para los más expertos, aunque en la recta final de su mandato fue más abierto.

La delicada cuestión de la independencia de Bernanke respecto a la Casa Blanca también planea sobre el futuro de Bernanke. El Senado analizará con lupa esta cuestión. Desde Goldman Sachs, sin embargo, no se piensa que el mercado vea al candidato a la Fed como una persona cercana a Bush, a pesar de su actual cargo al frente del comité de asesores económicos. Bernanke, como Greenspan, está considerado una persona de ideales conservadores, aunque en su caso son menos evidentes que en el de su antecesor.

Más allá de sus cualidades para dirigir la Fed, en Merrill Lynch anticipan que la vuelta de Bernanke a la institución lanzará un intenso debate sobre la necesidad de fijar un objetivo de inflación, como el que sigue el Banco Central Europeo en la zona euro. "Su defensa es mucho más intensa que la de los que se oponen", remacha Goldman. Greenspan es uno de los que hasta ahora planteaban reticencias a marcar un techo. UBS explica que la presión sobre Bernanke para que mantenga baja la inflación será fuerte, debido a la espiral de precios en el mercado de la vivienda y en el sector de la energía.

El economista y candidato a la Fed huye de las sorpresas. En sus primeras declaraciones ya ha dejado claro que llevará una política continuista al frente de la autoridad monetaria y que se compromete con la contención de la inflación, lo que da un cierto grado de certidumbre al mercado ante un cambio que genera gran volatilidad. Con esa carta de presentación no se esperan grandes dificultades para que prospere su designación. Más que ante el resto, Bernanke deberá probarse a sí mismo como hizo Alan Greenspan tras la retirada de Paul Volcker.

SCIAMMARELLA

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