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Reportaje:

El estirón del Carmen de los Mínimos

Vecinos del Albaicín exigen al Ayuntamiento que paralice las obras de la sede de la Escuela de Estudios Árabes

En el Albaicín, Patrimonio de la Humanidad, cambiar una ventana exige autorización municipal. El barrio que guarda la esencia musulmana de Granada está protegido por un plan urbanístico que impide alterar volúmenes o modificar fachadas para conservar su estética. Esos límites no se aplicaron al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con permiso para demoler el expoliado Carmen de los Mínimos obtenido en 2003. En su lugar se construye la nueva Escuela de Estudios Árabes, que lo duplica en superficie y tiene un fuerte impacto visual. Los vecinos quieren que el Ayuntamiento pare la obra.

El carmen, que se alzaba en la plaza de la Victoria desde hace casi 200 años, aparece catalogado en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Albaicín (PEPRI), que limita cualquier obra en él a la conservación de su fachada. La norma lo describe como un edificio de dos plantas con un torreón cubierto con artesonado de madera, y valora su pavimentación, cerrajería, carpintería y puertas.

Esa fue la razón por la que la comisión de seguimiento del plan (el órgano que vela porque las obras se ajusten a él) se opuso al proyecto del CSIC en junio de 2001, "dado el nivel de catalogación que no permite intervención singular en elementos catagolados". La propuesta consistía en demoler el carmen, duplicar su superficie (de 427 metros a 826) y añadirle dos plantas, a pesar de que el PGOU asigna a esa parcela una altura de dos pisos.

Pero en noviembre de 2001 la comisión cambió criterio y autorizó el derribo del carmen "por su baja calidad constructiva", condicionándolo a que se modificara el proyecto para reproducir fielmente la edificación. Cinco meses después, sólo pedía que los huecos de la fachada se ajustasen a los de la vieja construcción, permitiendo la nueva planta. Con ese dictamen, el Ayuntamiento (gobernado por el PSOE) otorgó licencia a pesar de que sus propios técnicos se inclinaban por lo contrario.

La Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín se une ahora a los perjudicados para intentar paralizar las obras. Sus gestores dícen que alteran las vistas desde la Alhambra y se han cargado el jardín romántico del antiguo carmen. Varios propietarios han anunciado que llevarán al Ayuntamiento a los tribunales. porque no entienen por qué la ley no es igual para todos.

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