"Quiero jugar con las chicas"
El francés Van de Velde, contra la presencia de mujeres en torneos masculinos de golf
A Jean Van de Velde (Francia, 1966), un jugador de golf pegado a una visera, siempre le ha gustado innovar. Abrir camino. Fue el primer jugador francés que pudo hacer la maleta, cruzar el Atlántico y disputar el circuito americano. También fue el primer francés que disputó la Ryder Cup. Y ahora se ha propuesto, rabieta mediante, ser el primer hombre que dispute el Open Británico femenino, que se disputa en agosto. "Es una locura que a las mujeres se les permita jugar la clasificación del Open Británico masculino si nosotros no podemos hacer lo mismo en el femenino", se quejó el jueves tras terminar su recorrido en el Volvo Masters de Cádiz, indignado porque el Royal & Ancient, el club que organiza el Británico, ya no sea exclusivamente para hombres. "¿Qué tipo de discriminación es ésa? Voy a intentar inscribirme en el Open femenino. Si no me dejan pediré consejo legal. Estoy dispuesto a depilarme las piernas y jugar con una falda escocesa".
"Los tíos que ganaron varias veces el Open Británico estarán dando vueltas en sus tumbas"
A Van de Velde le molesta que las mujeres puedan jugar el Open Británico. Que en los formularios de admisión se haya suprimido el adjetivo "masculino" del famoso "se aceptan solicitudes para jugar de cualquier golfista profesional masculino o aficionado masculino". Y que le digan que Michele Wie, la adolescente estadounidense que asombra al circuito, ganará un torneo de hombres algún día. Piensa que es "una farsa". Que "los tíos que ganaron tres o cuatro veces deben estar dando vueltas en sus tumbas". Pero claro, Van de Velde es, como poco, un tipo peculiar. Tiene su propia marca de vinos. Ha retomado su carrera en cuatro ocasiones, tras superar dos operaciones para reconstruir sus rodillas y varias recaídas. Y es el jugador con más mala suerte del circuito, para muchos, la razón que explica el éxito de los psicólogos deportivos: lastrado por los nervios y el miedo a ganar, Van de Velde perdió el Open Británico de 1999 cuando ya era imposible no ganarlo, en el último hoyo, donde firmó un triple bogey y dilapidó tres golpes de ventaja.
"Si me permiten jugar el Open femenino, lo haré, aunque sólo sea para que comprendan mi punto de vista. Me encantaría usar el vestuario de las chicas". Es poco probable. El reglamento de la Unión de golfistas femeninas especifica que sólo se aceptarán a los jugadores "de género femenino". "Un miembro del comité", continúa, "puede exigir al jugador que pruebe su género ante un médico". Una injusticia, a ojos de Van de Velde. "Nos deberíamos preocupar por el dopaje, los clubes ilegales...", insistió el golfista. "Los hombres tenemos una ventaja injusta, le damos más fuerte. Pese a eso, muchos nunca ganarán un torneo", continuó. "Si estamos de acuerdo en eso, dejemos que ellas jueguen entre ellas y nosotros entre nosotros. Si no, yo quiero ser la otra Michelle Wie".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.