"Nos faltó actitud", reconoce Luxemburgo

Vanderlei Luxemburgo pasó fugazmente por la sala de prensa de Riazor y sin señales de estar muy afectado por la derrota. Pero, a pesar de su aparente tranquilidad y de su escasa elocuencia, el entrenador del Madrid no evitó la autocrítica o, más bien, el reproche a sus jugadores. "Nos faltó actitud", sentenció el técnico brasileño.

"Teníamos que haber hecho un poco más", se quejó Luxemburgo; "no nos podemos quedar tan atrás. Hay que salir a tope, presionar, intentar desmarcarse...". Pero su censura se detuvo ahí. El brasileño rescató los últimos 20 minutos del partido, en los que, según él, sí que mostró su equipo la actitud que echó en falta durante el resto del choque. Y, cuando le recordaron que el Barça les ha recortado seis puntos en los dos últimos partidos, se abrazó el tópico: "Todavía queda mucha Liga". En cuanto a la sustitución de Beckham, no se anduvo con rodeos: "Ha jugado mal en la primera parte. Y en la segunda tampoco había mejorado. Puede que tuviera alguna molestia, aunque no le he preguntado".

Luxemburgo se escabulló rápidamente y la mayoría de sus jugadores evitó la embarazosa tarea de ofrecer explicaciones por la derrota. Raúl se limitó a admitir la superioridad del Depor: "Nos ha presionado muy arriba. No hemos tenido la pelota y nunca hemos podido meternos en el partido. No hay excusa. Ni siquiera por las ausencia en el equipo".

Las explicaciones y la autocrítica más contundente las aportó, sin embargo, Pablo García. Los periodistas le contaron que Luxemburgo había aludido a la falta de actitud del Madrid y el centrocampista uruguayo no esbozó la menor protesta: "Es verdad, nos ha faltado actitud, garra... Ellos han entrado al partido con decisión, con alegría, y nosotros no. Se puede perder, pero no así. Teníamos que haber peleado más. Estoy bastante tocado por lo que ha ocurrido". Cuando uno le preguntó cuál es la solución, no encontró respuesta: "No sé... Es bravo [difícil] decirlo. O se tiene o no se tiene. Tendremos que hablarlo". Y ya no hubo más palabras del Madrid. Las estrellas fueron desfilando hacia el autobús y, para entretener a los informadores, se brindaron tan sólo los dos más novatos, Diogo y el debutante Balboa.

Joaquín Caparrós, el entrenador del Deportivo, vivió la noche más feliz desde que llegó al cuadro gallego: "La primera parte ha sido perfecta, de sombrerazo. Es para verla repetida varias veces. Este partido puede ser ahora una referencia para nosotros". Alguien le recordó los errores de la defensa del Madrid, en la que había ausencias notables, pero alegó: "El mérito ha correspondido al Depor. Jugase quien jugase en el Madrid, su comportamiento habría sido el mismo".