Los turistas comienzan a salir de Cancún
La evacuación de los 50.000 turistas atrapados por el huracán Wilma en Cancún y la Riviera Maya comenzó ayer en un clima de desorganización, alimentado a partes iguales por los falsos mensajes de los mayoristas turísticos y la lentitud de las autoridades mexicanas. "Una vez más, no ha sido buena la respuesta de los tour-operadores", decía ayer Jean Agarriste, presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya. En un rápido recorrido por el litoral siniestrado, desde Tulum a Cancún, el presidente Vicente Fox escuchó las reclamaciones de pobladores que han perdido todo, y de los empresarios que piden apoyo gubernamental para la reconstrucción de la infraestructura hotelera.
En los hoteles que fueron convertidos en refugio y en los que no fueron evacuados, los huéspedes aguardaban impacientes la llegada de los autocares que iban a trasladarlos a la ciudad de Mérida (Yucatán), para emprender vuelo hacia la ciudad de México o a los países de origen. La compañía aérea Mexicana ha puesto en marcha un puente aéreo entre el Distrito Federal y Mérida para contribuir a la evacuación. A tal fin, también se han desplazado a la zona los embajadores de España y del Reino Unido, cuyos países empezarán a enviar aviones en las próximas horas. El aeropuerto internacional de Cancún difícilmente reabrirá las instalaciones antes del miércoles, ya que la torre de control está destruida, según informaban trabajadores del centro. La confusión de las noticias sobre los preparativos de la evacuación, en muchos casos contradictoria, contribuye a aumentar el nerviosismo de los turistas, especialmente aquellos que viven en condiciones más precarias en los albergues que no tienen ni agua ni luz.
Según declaraciones de diversos afectados, algunos mayoristas turísticos aseguraban a sus clientes que la evacuación empezaría ayer con vuelos directos desde Cancún a los lugares de destino. A medida que las horas pasan y las promesas no se cumplen, la desesperación va en aumento. La situación en la Riviera Maya es notoriamente mejor que en Cancún.
Los daños en hoteles y pueblos son menores, y ayer había escenas extraordinariamente llamativas, como la que se podía ver en el hotel Riu Playacar, donde los turistas se bañaban en unas aguas plácidas azul turquesa bajo el sol que había reaparecido después de varios días. En la Riviera Maya, la evacuación también parece funcionar mejor que en Cancún.
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