El director Dan Jemmett tiñe de comicidad un dramón jacobino

Dan Jemmet es un director teatral británico que vive habitualmente en París. Ha creado Dog Face, espectáculo que ha representado en el Festival de Otoño de Madrid con Quantum Theatre, compañía de teatro experimental estadounidense. Aclarado esto se puede añadir que está casado con Irina Brook, directora y actriz de exquisita sensibilidad escénica por lo que es yerno del gran Peter Brook, algo que inquietaría a muchos a la hora de posibles comparaciones.

Puede que no le afecte mucho ya que allí por donde pasa entusiasma con su manera de entender el teatro. Todo el peso de sus espectáculos recaen sobre unos actores sólidamente dirigidos (magníficos éstos de Quantum Theatre con la sorprendente Lissa Brennan en el papel principal) y sobre esa personal lectura de los textos que siempre marcan los trabajos de Jemmett. Convierte en comedia divertida y disparatada todo lo que cae en sus manos.

Así demuestra que el dramón que cuentan Thomas Middelton y William Rowley en The Changeling, obra jacobina clásica escrita en 1622, puede ser una desternillante propuesta. Para que la cosa sea aún más patente, Jemmet ha eliminado los pasajes ligeramente cómicos del texto original. La hilaridad también llega por el hecho de que ha transportado a los personajes a un mundo de artistas itinerantes cutres y adictos a la música country, genuinamente americana.

Con esta historia de lujuria, traiciones, asesinatos y sangraza también triunfó Jemmett hace dos años en el Théâtre de la Ville de París.