Los hermanos Dardenne reflexionan en 'El niño' sobre la venta de menores
Los realizadores belgas ganaron con el filme la Palma de Oro del Festival de Cannes
El niño, el sexto largometraje dirigido por los hermanos belgas Jean Pierre y Luc Dardenne, es la historia de un chaval de 20 años, delincuente menor y padre de un recién nacido, a quien vende para salir adelante y al que intenta recuperar después. Basada en una historia fantástica creada por los realizadores, tiene cierto paralelismo con el desmantelamiento de determinadas redes de tráfico y venta de menores que de vez en cuando son noticia de primera página en los diarios de cualquier rincón del mundo, Europa incluida. El niño que fue premiada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, se presenta esta noche, fuera de concurso, en la Seminci.
Jean Pierre (Engis, 1951) y Luc (Awirs, 1954) no son primerizos en el reconocimiento a su trabajo cinematográfico, ya que en 1999 obtuvieron su primera Palma de Oro en el mismo certamen con Rosetta, su cuarta película. Aunque su última creación no está basada en hechos reales, Luc recuerda que incluso no siendo frecuente que en Europa un padre venda a su hijo, es algo que "puede suceder" en esta época y en este Continente, "tal y como ha quedado demostrado recientemente con el desmantelamiento en Francia de una red de venta de niños".
Cine social
Cuando los hermanos Dardenne recibieron su último premio internacional, la crítica especializada calificó la decisión del jurado como una vuelta al cine social, aspecto que Jean Pierre, el mayor, asegura "no tener en mente" cuando se ponen a hacer una película y que en este caso "sólo hemos pretendido contar la historia de Bruno y Sonia [los jóvenes protagonistas] y cómo se las van a apañar" con la llegada del recién nacido. De todas formas, ambos directores opinan que lo que cuentan "tiene eco en el mundo actual", y Jean Pierre remacha diciendo que las historias marginales que relatan en El niño es algo que le sucede "al diez o al quince por ciento de la población que está fuera de la sociedad de consumo". Luc califica al protagonista masculino como "un autista que no siente nada cuando le presentan a su propio hijo", para preguntarse a continuación "qué clase de sociedad es ésta, capaz de crear seres como Bruno, incapaces de mostrar el más mínimo sentimiento". Ambos dicen no saber por qué pasan estas cosas, "ya que no es sólo un problema de dinero, sino de sentimientos humanos", para terminar confesando no tener "respuestas a algunas de las interrogantes que planteamos en nuestras películas".
Pese a que cuando recogieron su último premio en Cannes dedicaron éste a dos secuestrados en Irak, no sienten ninguna tentación por hacer una película sobre el conflicto, porque como dice Luc "las películas de guerra hay que hacerlas cuando acabe la guerra".
Prefieren no hacer comparaciones entre sus filmes y el componente social del cine europeo de Costa Gavras o Truffaut, porque dicen que "es como si todos nosotros estuviéramos en una misma pecera, donde uno ve a los peces de enfrente pero sin verse a sí mismo". Luc Dardenne opina que "debe de ser el espectador" quien haga comparaciones entre el cine que realizan unos y otros, pero "cuando nosotros hacemos una película nunca pensamos en acercarnos más o menos a otro director".
Jean Pierre cree que ganar dos años el máximo galardón en Cannes les permitirá "seguir haciendo películas" sin que los premios "pesen como un plomo", en tanto que Luc dice ser "más optimista" que su hermano y cree que la segunda Palma de Oro "no sólo es un premio a la película sino también a la manera de trabajar en los últimos años". A pesar del reconocimiento internacional a su obra, ambos dicen ser "conscientes de que, a pesar de que nuestras películas no tienen gran presupuesto, cada vez necesitamos más colaboradores para reunir la misma cantidad de dinero para producir la siguiente".
¿Y cómo se apañan para dirigir al alimón? "Pues compartiendo hasta la gripe...". Bromas aparte, su táctica pasa por ensayar antes del rodaje "con los actores el ritmo del plano" para trabajar después con el equipo técnico y uno de ellos se queda en el monitor y el otro en el plató.
Babelia
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