Madrid pierde 10 millones de litros de agua

Una decena de operarios se afanaba ayer en extraer miles de litros de agua de la estación de metro de Canillejas (San Blas). La riada que causó la rotura de una tubería de un metro de diámetro del Canal de Isabel II en la calle de Alcalá, cerca del cruce con Arturo Soria, recorrió dos kilómetros y medio de túneles de la línea 5 del metro y llegó a la estación de Canillejas, donde el agua se acumuló. Esta estación y la de Torre Arias seguían anoche fuera de servicio, según un portavoz del metro. Éste no informó sobre si hoy podrán ser reabiertas.

Los trabajadores que extraían el agua aseguraron que ésta alcanzaba el metro de altura en los andenes. También inundó un pozo de ventilación. Una potente bomba de 75 caballos que estuvo extrayendo ayer agua durante ocho horas. El túnel quedó impracticable.

El río que se formó en el interior del metro fue de tal magnitud que los bomberos tuvieron que bajar una lancha neumática zodiac con un motor fuera borda para desplazarse por el subterráneo. EL PAÍS intentó acceder a la estación pero responsables de Metro no permitieron el acceso por motivos de seguridad.

El PSOE denunció la "negligencia" del Canal en la avería y que se perdieron 10 millones de litros de agua. Este grupo, junto a IU, pedirá explicaciones por la pérdida. IU lamentó "que se levante Madrid para todo" excepto para mejorar la red de tuberías de la ciudad.Andrés Rojo, diputado socialista, lamentó "la tardanza en la llegada del personal del Canal" a la zona de la avería y que se tardara tres horas en reparar la avería. Rojo calificó de "negligencia" la actuación del Canal. Concha Denche, concejal de IU en el Ayuntamiento, añadió que Madrid pierde un 25% del agua en la red de suministro, cifra intolerable para un "recurso escaso" como es el agua.

Los cerca de 20.000 vecinos de La Elipa, Fuente del Berro, Ventas y parte de Canillejas que se quedaron sin agua potable durante toda la tarde del viernes recuperaron el servicio pasada la medianoche. La rotura, que se produjo a las 15.30, se arregló tres horas después, aunque aún se tardó otras seis en restablecer el suministro.

El Canal no quiso evaluar cuánto agua se perdió por la rotura. "Las prioridades son otras", afirmó una portavoz. Los estragos fueron notables, en cualquier caso. Al mediodía de ayer, un día después de la riada, todavía había brigadas del Selur (Servicio de Limpieza Urgente del Ayuntamiento de Madrid) limpiando las calles adyacentes a la de Alcalá. Lo que sí se sabe es que la estación de Canillejas tenía tanto agua que los bomberos bajaron una lancha zodiac para moverse por los túneles del metro y cortar la electricidad ante el riesgo de cortocircuito.

Numerosos vecinos observaban ayer en la confluencia de la calle de Alcalá con la A-2 (carretera de Barcelona) cómo los operarios extraían agua de la estación de Canillejas. Una gran tubería de casi medio metro de diámetro escupía líquido hacia la alcantarilla más próxima, que no daba abasto y estaba desbordada. A mediodía, los obreros contaban la paliza que llevaban encima. "Hemos estado aquí unas treinta horas", explicó uno de ellos.

Bombas que no funcionan

Una de las posibles causas de que la inundación en Canillejas alcanzara un nivel tan alto, además de su ubicación geográfica, fue el funcionamiento de las bombas de extracción propias que Metro tiene para estas situaciones. Una portavoz de la compañía explicó ayer que desde un principio hubo "dificultades" para poner las bombas en funcionamiento. "Se pusieron en marcha, pero no sacaban casi agua. El desagüe iba muy lento", explicó la portavoz.

Un operario de la empresa que extraía el agua tenía otra versión. Explicó que el nivel del agua en los túneles era tan alto que había llegado a los cuadros eléctricos, lo que aumentaba el riesgo de cortocircuito. Por eso las labores no empezaron hasta que fue cortada la electricidad.

Los vecinos, en corrillos, comentaron la enorme pérdida de agua en este año de sequía. Algunos, los que más años llevan en el barrio, tienen su propia explicación para la inundación. Ángel Serrano Herrero lleva más de 40 años viviendo en la zona. "Aquí antes había dos arroyos, el de La Villa y otro. La colonia de la Dehesilla, unas calles más abajo, se inundaba continuamente y tenían que venir los bomberos a quitar agua", explica. Y termina rotundo: "El agua siempre vuelve. Donde ha habido un arroyo...".