"Las obras sólo han reducido la velocidad de los coches en un kilómetro por hora"
Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, se muestra convencido de que las obras de la M-30 supondrán una gran transformación para la ciudad y, por tanto, no teme que los madrileños le pasen factura política en las urnas. "Que recuerden las críticas que recibí cuando puse en marcha el plan de metro, y que digan qué madrileño piensa hoy que me equivoqué", dice Gallardón.
El alcalde admite, sin embargo, que el nivel de crispación de la gente de la calle es alto: "El día que la M-30 esté terminada y se vea cómo mejoran las oportunidades de futuro de la ciudad, junto a su propia calidad de vida, estoy convencido de que el ciudadano dirá: ha merecido la pena".
Los grupos de la oposición (PSOE e IU) denuncian que conforme se va reformando la M-30 aumenta la tala incontrolada de árboles y, por tanto, la pérdida de zonas verdes. "Ese discurso ha durado exactamente lo que hemos tardado en hacer la primera inauguración. Ahí la gente vio que antes había 30 o 40 árboles y que de repente surgieron cientos y miles de árboles", replica el alcalde. "Cada obra de la M-30 no sólo no supone ningún tipo de deterioro medioambiental, sino que multiplicará por 10 la superficie arbolada de las zonas afectadas".
Una de las quejas más abundantes alrededor de la reforma de esta vía es el caos circulatorio que vive la ciudad. El alcalde dice tener datos que lo desmienten: "Las obras sólo han reducido la velocidad de los coches en un kilómetro por hora".
La oposición reclama un pacto por la movilidad, políticas de tráfico sostenible, y el alcalde asegura que en su opinión la fórmula es la disuasión no el peaje. "Para eso hemos hecho la mayor inversión que nunca se ha hecho en Madrid en transporte público y haremos otras medidas complementarias para esta legislatura y la siguiente. Por ejemplo, una red de aparcamientos disuasorios que quiero situar alrededor de la M-40 y conectar con el metro".
Gallardón, en la entrevista concedida a EL PAÍS, tiene palabras para Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid: "Mis relaciones son buenas, siempre lo han sido en el terreno de la administración. Hubo distancia, que sólo afectó a la vida interna del partido".
También aprovecha el alcalde de Madrid su reflexión en clave de política nacional para hablar de Mariano Rajoy y cerrar filas. "El de Rajoy es un discurso absolutamente centrado. Hay actitudes como la del 10 de enero que son importantes para el día que llegue a ser presidente del Gobierno. Ese día vio acorralado al Gobierno por el asunto del plan Ibarretxe y se presentó en La Moncloa para ofrecer un pacto durante toda la legislatura", subrayó.
De lo que Gallardón sigue sin querer hablar es del futuro olímpico de la ciudad. "La decisión la adoptaremos en septiembre de 2006".
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