Bienestar aumenta las plazas de vivienda para jóvenes tutelados

"Dar la caña para pescar en lugar del pescado". Así explicó la consejera de Bienestar y Familia, Anna Simó, su plan para dotar de más recursos a los jóvenes tutelados por la Administración. Simó prevé más programas de formación, inserción laboral y vivienda para integrar a estos chicos en la sociedad. El objetivo es que lleguen a la mayoría de edad con las habilidades necesarias para lograr su autonomía. Por eso se empieza a trabajar con ellos cuando tienen 16 años y se alarga el apoyo hasta los 20.

"El objetivo es que a partir de los 16 años todos estén en pisos, que aprendan a volar antes", afirmó Simó. A finales de este año, el Gobierno catalán creará 36 nuevas plazas de vivienda asistida para mayores de 18 años, y prevé ofrecer 250 más en 2007. Actualmente existen 190 plazas entre pisos y residencias asistidas de jóvenes trabajadores. Está previsto también aumentar la oferta laboral en dos años para que llegue a 800.

Un total de 579 jóvenes mayores de 18 años se han acogido a este plan en 2005. El 39% de ellos consiguen emanciparse sin problemas, mientras que el 8% abandona el programa. Actualmente, los jóvenes trabajadores que salen de los centros reciben una ayuda de 240 euros mensuales durante seis meses, prorrogable hasta un máximo de un año. La Ley de Prestaciones Económicas de Asistencia Social que prepara el Gobierno "regularizará" estas ayudas.

En Cataluña actualmente suman 6.547 los menores de 18 años tutelados en centros, en familia o en familia de acogida. El departamento presentó ayer un informe en el que se analiza la situación de 506 de jóvenes que se encuentran en centros de la Generalitat para menores desamparados. Tan sólo el 23,7% de ellos regresan con sus familias biológicas, mientras que el 55% logra la plena autonomía después de pasar por los servicios de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia.

Más chicos

El 68% de los tutelados son chicos y el 59% son españoles, mientras que el 35% proceden del Magreb. El resto provienen de países de Europa del Este, Asia, África subsahariana o Asia. Sólo el 7% de los menores son hijos de padres o madres ex tutelados, lo que es una buena noticia, según Simó, porque significa que "la rueda de la generación empieza a romperse".

Entre los motivos por los que ingresan estos jóvenes en centros sorprenden dos datos: el 40% de las chicas son abandonadas por sus familias y el 45% de los chicos son menores extranjeros indocumentados que se encuentran en España sin ningún familiar.