El balcón histórico del faro de Trafalgar

El faro de Trafalgar descansa sobre un gran acantilado que ayer se erigió en un balcón privilegiado para rememorar la historia. Centenares de personas, en su gran mayoría turistas británicos o nostálgicos de Nelson, tomaron literalmente con banderas del Reino Unido los caminos rurales de este paraje natural de gran valor paisajístico. Muchos ciudadanos franceses seguían con prismáticos los veleros que navegaban en el horizonte y gaditanos plagaron también con la bandera española este borde marítimo.

A diferencia del 21 de octubre de 1805 en el que se desató un gran temporal, las aguas del Cabo Trafalgar estaban ayer calmadas. El buen tiempo propició en ambiente festivo y la hermandad entre quienes se enfrentaron 200 años antes. Tres niños -uno español, otro inglés y otro francés- de un colegio de Zahora, pedanía de Barbate, visualizaron el mejor ejemplo de este espíritu de concordia al coincidir todos en sus apreciaciones sobre la batalla. "No debe repetirse", decía Pablo. Sus compañeros asintieron.

La ilusión de los asistentes se diluyó al comprobar que la parada naval no llegó a Trafalgar. Estos decepcionados curiosos tendrán la oportunidad de resarcirse hoy con la parada náutica en estas mismas aguas convocada por el Ateneo de Cádiz a la que se han inscrito cerca de un millar de yates de recreo para brindar una ofrenda floral a las víctimas. Minutos antes, el Ayuntamiento de Cádiz celebrará un acto cívico solmene. En el salón de actos se dará lectura de los acuerdos adoptados en 1805 como consecuencia de la batalla y la correspondencia entre el Almirante de la Flota Coollingwood -tomó el mando tras la muerte de Nelson- y el gobernador militar de Cádiz, el Marqués de Solana y del Real Socorro. En estas misivas queda patente la actitud de los gaditanos ante el conflicto bélico al prestar ayuda a los náufragos, heridos y fallecidos sin distinción de bando o nacionalidad.

Tras este acto cívico, la Catedral de Cádiz oficiará una ceremonia ecuménica para orar por el eterno descanso de los fallecidos en la batalla. Esta misma solemnidad se vivió ayer en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando donde reposan los restos de siete de los héroes españoles de la contienda, entre ellos, Federico Gravina y Francisco Javier Uriarte. El capellán destacó en la ceremonia que se trataba de "un acto de justicia con las víctimas de la batalla". Más tarde, Chaves y Bono presidieron el desfile militar de los tres ejércitos en el Parque Genovés de Cádiz, donde se descubrió un monolito en recuerdo a la efeméride. En el acto, el jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante Sebastián Zaragoza Soto, puso especial énfasis en la importancia de la batalla en "la reordenación de Europa". "Esta batalla permitió que las tres flotas naveguen bajo el pabellón de la misma alianza militar", dijo. La Universidad de Cádiz se sumó también a la efeméride. El presidente andaluz descubrió una placa en la Facultad de Filosofía y Letras.