Los conservadores británicos elegirán a su nuevo líder entre David Davis y David Cameron
La lucha será entre los dos David: Cameron y Davis. El grupo parlamentario del Partido Conservador británico se decantó ayer por ellos, dejando en la cuneta a Liam Fox, para que 300.000 militantes decidan ahora quién será el próximo líder de los tories y de la oposición. El resultado de ayer confirmó que David Cameron (90 de los 198 votos emitidos) es ahora el gran favorito. David Davis obtuvo sólo 57 votos, cuatro menos que el martes y seis más que Liam Fox. Suficientes para asegurar el segundo puesto y suficientes también para demostrar que su candidatura no ha sufrido el desmoronamiento que pronosticaban algunos.
Las bases tienen ahora seis semanas para escuchar a los dos candidatos y tiempo hasta el 5 de diciembre para emitir su voto. El resultado se dará a conocer el 7 de diciembre.
David Cameron, que acaparó 34 de los 38 votos que recibió el martes Kenneth Clarke, tiene ahora sobre sí el peso de la etiqueta de favorito. La prensa británica, que tanto ha ayudado en las últimas semanas a encumbrarle, empezará ahora a subrayar más los contras que los pros de un político al que le ha bastado un discurso de 20 minutos en el congreso del partido, hace poco más de dos semanas, para convertirse en el hombre de moda, en el gran favorito para alcanzar el liderazgo del Partido Conservador y quién sabe si algún día en primer ministro.
"Quiero ser una voz por el cambio, por el optimismo y por la esperanza para afrontar los enormes retos que le esperan a este país", declaró Cameron tras conocer el resultado de la votación del grupo parlamentario. "Quiero un país que luche por el futuro, un partido del siglo XXI que tenga en cuenta los sueños y las esperanzas de la gente".
David Davis, al que muchos dan por derrotado de antemano, tiene ahora la oportunidad de convencer a las bases de que Cameron carece de la experiencia necesaria para llevar el partido a la victoria. Tiene en su contra la creciente sensación de que él no es el hombre adecuado para dar un golpe de timón y renovar el partido. Pero tiene a favor su reconocida obstinación personal y la evidencia de que por algo el partido se llama conservador y puede acabar inclinándose por el candidato que mejor parece representar a las muy conservadoras y avejentadas bases. "Quedan seis semanas y voy a luchar por mis creencias, por una sociedad con oportunidades para todos, por un Reino Unido esperanzado, por llegar a esas partes de Reino Unido a las que el Partido Conservador hace demasiado tiempo que no llega", declaró ayer. "Ahora empieza la verdadera batalla", advirtió.
Los analistas creen que Davis es un rival más asequible para Cameron de lo que hubiera sido Liam Fox, un hombre más próximo a la nueva generación y con un programa clásico de derechas y furibundamente antieuropeo semejante al de Davis. Cameron, también antieuropeo aunque más suave en la forma de expresarlo, ha ganado las primarias enarbolando la bandera de la modernización. En las próximas semanas deberá ser más explícito sobre cuáles los son sus propuestas políticas concretas para llevar a cabo esa modernización.
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