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El Gobierno catalán podrá convertir en vías de peaje sus autovías libres de pago

El Ejecutivo asegura que no aplicará la medida, salvo que lo obligue la Unión Europea

El Gobierno catalán ha adjudicado la autovía Maçanet-Platja d'Aro por el método del peaje a la sombra (la concesionaria cobra del Ejecutivo y no del conductor que la utiliza). Pero el pliego de condiciones incluye una cláusula, la número 18.9, que permite la conversión de estas carreteras en vías de peaje que abonará "directamente el usuario". La medida es una precaución, explicó el secretario de Movilidad, Manuel Nadal, ante la perspectiva de que la Unión Europea pueda acabar imponiendo un sistema de peaje homogéneo en todos los países que la integran.

La vía del peaje a la sombra puede quedar pronto al sol. Es decir, los conductores que las utilicen pueden acabar pagando peaje cada vez que lo hagan. Así lo establece el pliego de condiciones para adjudicar la obra de la autovía Maçanet-Platja d'Aro. Y la cláusula figurará en el resto de las obras que se adjudiquen por este método.

Hasta ahora el Gobierno catalán ha licitado dos obras con peaje a la sombra: un tramo del Eix del Llobregat y la autovía de Platja d'Aro, aunque tiene previsto utilizarlo también para el desdoblamiento del Eix Transversal. Las obras del Eix del Llobregat fueron proyectadas por el Gobierno de CiU, que no incluyó esta cláusula en las condiciones. La primera vez que aparece es ya con el tripartito, aunque Manel Nadal asegura que no piensa utilizarla, salvo por imposición de la Unión Europea.

"Este Gobierno no piensa licitar obras por el método del peaje directo", aseguró Nadal, "pero hemos tenido que incluir la cláusula en previsión de futuras decisiones de la Unión Europea sobre el tráfico de mercancías". Una cláusula similar ha sido utilizada, explicó, por el Gobierno valenciano

Unificar costes

La Unión Europea está analizando el sistema general de peaje, muy diferente en cada país, para unificar criterios, al menos en lo referente al tráfico de camiones con mercancías. El objetivo es unificar costes en los procesos de transporte y distribución, y el resultado podría ser la imposición del pago de algún tipo de peaje directo o indirecto (a través de sistemas de control por satélite o con viñetas) a los camiones. Si finalmente se impone un método así, el Gobierno catalán quiere tener las cosas preparadas.

Pero la redacción del texto deja la puerta abierta a que este u otro gobierno decida aplicar peaje sin más y pueda hacerlo. Lo que dice la cláusula 18.9 del pliego de condiciones es lo siguiente: "La Administración ostentará, a lo largo de todo el periodo concesional, la prerrogativa de modificar el anterior régimen económico y sistema de pago y sustituirlo, total o parcialmente, por otro en el que la contraprestación al concesionario por la ejecución del contrato consista en el derecho a percibir la cantidad que, por la utilización de la obra, le abone directamente el usuario". Es decir, el Gobierno que lo desee puede dejar de pagar y trasladar el peaje al conductor que circule por la autovía. Además, precisa el documento, será la propia Administración la que "habrá de fijar las tarifas y las fórmulas para su revisión".

Los concursos con peaje a la sombra han provocado un hecho llamativo: no ha acudido a ellos ninguna de las concesionarias de autopistas existentes. Todas las que han optado a la concesión son empresas constructoras, agrupadas o en solitario. El motivo es que el beneficio en este caso se obtiene por la ejecución de la obra. En cambio, una concesionaria, que no dispone de división constructora, tiene que acudir acompañada de una de ellas y por ahí pierde la mayor parte del beneficio que pudiera obtener.

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