"El viaje del teatro entre España y América tiene mucho camino por recorrer"
José Bablé (Cádiz, 1955) siente el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT), que arrancó ayer en Cádiz, como algo propio. Porque fue uno de sus impulsores en 1986 y porque desde 1993 es su director. Ahora ese hijo cumple 20 ediciones, consolidado como un certamen de prestigio internacional, aunque con continuas reivindicaciones de un mayor apoyo. Dos décadas de FIT que han permitido a Bablé observar la evolución del teatro a un lado y otro del Atlántico, con todos sus claroscuros.
Pregunta. El festival llega a su vigésima edición. ¿Cómo lo vive?
Respuesta. Estamos contentos. Con la satisfacción lógica de haber llegado a donde estamos, pero a la vez siendo conscientes de la responsabilidad de seguir adelante con este festival, apostando y trabajando para hacerlo cada día más grande, más necesario.
P. ¿Ha respetado el FIT en estos años el espíritu con el que fue creado en 1986?
R. Defender sus señas de identidad es una de nuestras prioridades. De no ser así no estaríamos celebrando esta efeméride, ya que somos conscientes de que ellas son las que realmente le dan la dimensión que tiene. Sería una temeridad intentar cambiarlas.
P. Hay quien considera que todavía el FIT no ha alcanzado la difusión que merece. ¿Está de acuerdo?
R. En España desde luego que sí, si lo comparamos con el que obtienen otro tipo de eventos en el tratamiento mediático. A otros niveles y fuera de nuestra fronteras, está perfectamente admitido. Llega a ser considerado como la meca del teatro iberoamericano. Pero es posible que la falta de difusión en España se deba algo al marco referencial que defiende, pues todos sabemos los tópicos que acarrea lo latinoamericano. Si fuese un festival internacional, con figuras y estrellas rutilantes y, además, hecho en otra ciudad, posiblemente polarizaríamos más la atención. Pero no sería el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, seguro.
P. El FIT nació con la idea de dar a conocer a un gran desconocido, el teatro, a un lado y otro del Atlántico. ¿Da por superado ese viaje de llevar el teatro español a América y el latinoamericano a España?
R. Desgraciadamente no está superado. Aunque por día veamos como se abren corredores naturales tanto para un teatro como para otro, y que cada año conseguimos mayor presencia del teatro latinoamericano en España, aún nos queda mucho camino por recorrer.
P. En estos años, ha tenido la oportunidad de ver la evolución del teatro iberoamericano. ¿Son los económicos sus principales dificultades? ¿Cuáles son los otros?
R. Los económicos. Porque son vinculantes a la estabilidad de los grupos y colectivos, ya que la mayoría de aquellos países no cuentan con instituciones que protejan las actividades artísticas y muchos sobreviven de lo que obtienen por sus propios medios. Las otras dificultades son las derivadas de la propia praxis profesional.
P. ¿Tiene el teatro mejor salud en España o en América? ¿Dónde se arriesga más?
R. Si entendemos por salud disponer de medios, subvenciones y otras medidas de protección, en España la que gozamos es envidiable para aquel otro teatro. Otra cosa es el riesgo, ya que éste depende del criterio del creador y del tipo de discurso escénico que quiera proyectar; pero si en España es difícil apostar por un teatro de riesgo, imagínate cómo lo hacen en Latinoamérica en condiciones adversas.
P. ¿En qué situación se encuentra el teatro en Andalucía?
R. Las ayudas que se vienen recibiendo desde hace años está dando sus frutos. Hoy es fácil comprobar como el teatro andaluz es más reconocido y admitido por día, y ahí está el número de grupos y colectivos que lo aseveran. De todas maneras, no podemos ser conformistas. A la vez que se reclama más atención, debemos arriesgar por presentar producciones más sólidas, novedosas y comprometidas.
P. Como sabrá, el Ayuntamiento de Cádiz ha decidido renovar su organigrama cultural, lo que está afectando a otros festivales culturales de la ciudad. ¿Esos cambios tocarán el FIT?
R. A día de hoy no se ha hablado nada del FIT.
P. ¿Está todo inventado en el teatro o todavía hay capacidad para la sorpresa?
R. El teatro bien entendido es el arte que atesora los múltiples reflejos que tiene la vida, y si ésta está en proceso de cambios constantes y deparándonos sorpresas continuas, también estas coordenadas deberían preñar los postulados que el teatro defiende. Otra cosa es que los productos, obligados por las normas del mercado que reclaman el éxito rápido a todos los niveles, se contaminen con lo homogéneo y lo uniforme. Eso no produce sorpresa sino rechazo para los que entendemos el teatro de otra manera.
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