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Vivienda logra sacar al mercado de alquiler el 10% de los 26.700 pisos vacíos

El departamento pretende que las diputaciones penalicen a los dueños de casas desocupadas

El Departamento de Vivienda ha conseguido sacar desde 2003 al mercado de alquiler con su propio programa de arrendamiento 2.712 pisos vacíos, lo que representa un 10% de los 26.691 que se encuentran desocupados en Euskadi. Según el último estudio realizado por la consejería, estas 26.691 son las viviendas que llevan vacías más de un año y que no son utilizadas por sus dueños como segunda residencia. El consejero de Vivienda, Javier Madrazo, expuso ayer estos datos al hacer el balance de Bizigune, el programa de alquiler ideado por el Gobierno para hacer frente al problema de los pisos vacíos. Según Madrazo, si se ocupasen de manera efectiva todas las casas deshabitadas se resolvería más de la mitad del problema de la vivienda que acucia a Euskadi.

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Las tres capitales vascas están entre las cinco ciudades con los precios de los pisos más caros de España. Esta circunstancia implica, entre otros problemas, que la juventud de Euskadi es la que más tarde se emancipa por la imposibilidad de acceder a una casa. En este contexto, los pisos vacíos suponen "una inmoralidad" para el consejero, quien asegura que se trata de un "lujo" que la comunidad autónoma no puede permitirse. Sacar al alquiler el 10% de los pisos "es importante, pero no suficiente", declaró no obstante Madrazo. El consejero apeló a las diputaciones para que desarrollen normas forales que penalicen "la actitud insolidaria" de los propietarios de casas desocupadas que no quieren sacarlas al mercado a la venta o alquiler.

De las 2.712 viviendas movilizadas por el programa Bizigune, 1.739 ya están alquiladas y el resto se encuentran en proceso de reforma para poder entrar a vivir en breve o a falta de firmar el contrato. Para el próximo año, la consejería espera contar con 14 millones de euros para financiar el programa de alquiler frente a los ocho millones con los que ha contado este año. Se trata de un sistema de arrendamiento novedoso, ya que es la propia Administración la que firma el contrato y alquila el piso al propietario a precio de mercado, para ofertarlo después a uno menor a los solicitantes. La diferencia entre ambos precios corre a cargo del Departamento de Vivienda.

La renta media que abonan los inquilinos es de 236 euros mensuales, mientras la media de arrendamiento que paga la consejería al propietario ronda los 521 euros. La cantidad máxima que se puede pagar al dueño por su piso no debe sobrepasar los 660 euros. En el contrato que firman los propietarios con la Administración, ésta garantiza el pago y la devolución del piso en perfectas condiciones al finalizar el contrato, lo que vence la reticencia a alquilar. La duración del contrato es como mínimo de cinco años.

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