Proyectos a ritmo lento y con oposición en ambos lados
En el último cuarto de siglo, señalan los informes de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, sólo se ha abierto un nuevo paso viario transfronterizo, con la construcción de un puente de 70 metros sobre un torrente entre la localidad española de Tapis y la francesa de Coustouges, lo que agiliza las comunicaciones entre Cataluña y la región francesa de Languedoc-Roussillon. Cualquier otro proyecto que se haga topa con resistencias de los gobiernos, de la población o de todo un poco.
Un ejemplo es la interconexión eléctrica entre Francia y España con una línea de muy alta tensión. Un proyecto de los Gobiernos español y francés con aval europeo que tiene dos problemas. El primero es averiguar si la línea es necesaria. El el empresariado catalán la ha reivindicado a través de la Cámara de Comercio de Cataluña.
El plan de la energía del Gobierno tripartito catalán la definía como necesaria en su primera versión. En la última, aprobada el martes por el Gobierno de Pasqual Maragall, se queda en una "opción posible", debido, sobre todo, a la oposición de ICV. Pero hay otra oposición: la de la gente que no quiere una línea de 400 kilovoltios cerca de su casa, al margen de su necesidad o no.
Muy diferente es el problema de la línea de alta velocidad. En el lado español, el trazado entre Madrid, Barcelona y la frontera avanza. Con retrasos, pero avanza. En el lado francés, en cambio, ese mismo trazado entre Perpiñán y Montpellier se halla congelado, pese a que en su día la línea fue considerada prioritaria por la Unión Europea. La consecuencia es que aunque el AVE llegue hasta Perpiñán, a partir de ahí deberá circular como un tren convencional, con el añadido de que los trenes normales no tienen el mismo sistema de alimentación eléctrica. Es decir, la línea de alta velocidad queda cortada en la frontera. El informe de 2004 de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos señala: "La modernización de las carreteras no se está realizando en los plazos adecuados", y cita como ejemplos el túnel de Puymorens y los accesos desde el norte al túnel de Somport, en ambos casos competencia de Francia.
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