Tratamiento analítico
Para quienes creen que las revelaciones surrealistas del cuerpo acaban en la mutabilidad fotográfica de Man Ray o en los retratos freudianos de Lee Miller, descubrimos en el trabajo de Maïder Fortuné el tributo a esa tradición a gran escala, pues el medio supera a la imagen estática; son el teatro, la danza, la performance y hasta el vuelo de una mariposa los lenguajes que otorgan una carga celestial al encuentro del cuerpo con el ciclo de la vida.
El Espai 13 de la Fundación Miró inaugura su programación de temporada con el trabajo de esta joven artista (Toulouse, 1973), ex alumna de la escuela de teatro de Jacques Lecoq, que ahora desde su propia compañía de danza devuelve el gesto al cuerpo surrealista. Tres vídeos definen su implacable enfrentamiento con lo banal en la "escena": los titulados Slak (2002), una narración mitológica en dos partes que destruye nuestro temor al vacío (la muerte); y Tótem (2001), donde la imagen de la artista aparece como una esfinge en movimiento, una imagen supersticiosa que parece plantear agudos acertijos.
Maïder Fortuné es delicadamente
arrolladora. Utiliza el vídeo para captar y dominar los movimientos tenues del cuerpo (su cuerpo), prolongar su duración y dibujar, a través de la cámara lenta y el montaje, extrañas figuras que se metamorfosean y se repliegan hasta agotar las apariencias. En esa magia el espectador se descubre hipnotizado, como si al principio inhalara el perfume de la compostura y la belleza de los perfiles femeninos para acabar sucumbiendo narcotizado por su sutil energía y emancipación. Sobre un fondo vacío observamos el enigma: el cuerpo desnudo que se reboza en la nada, que flota y reverbera, anuncia nuestras angustias. En ese "amnioescenario", una mujer de aspecto andrógino comienza a caminar por el desierto de la psique. Y todas esas fantasías, eliminadas, reemplazadas, convertidas en tragedias, discurren ante nosotros como en un ejercicio catártico de nuestras vidas. El cuerpo se agacha, se arquean los brazos y las piernas... nuevas formas desnudas contrarían el conocimiento, movimientos que (nos) desenmascaran, rechazan, anuncian, reparten a diestro y siniestro el placer y el dolor.
Los sueños de Fortuné se llevan a cabo en nuestra realidad, percibimos los rasgos de la artista en nosotros mismos. Incluso todos los espectadores fuimos en algún momento un Edipo o una Electra en su inconsciente. Y hasta cuando la artista desaparece en el horizonte raso y lunar del escenario, vacilamos a la hora de vengar sus fantasías. Pero no, la narración de la autora nos enseña que el sentido más profundo no existe en la mente, siempre hay un estrato más profundo dispuesto a devorarnos.
Maïder Fortuné. Espai 13. Fundación Miró. Ciclo Érase una Vez..., vídeos producidos por Le Fresnoy, Studio National des Arts Contemporains. Parque de Montjuïc, s/n. Barcelona. Hasta el 4 de diciembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.