Un hombre acaba con la vida de dos personas al intentar matar a su hijo
El huido intentó matar a su hijo en 2002 y estuvo en prisión por tráfico de drogas
Vicente González Cano, de 52 años, era ayer el hombre más buscado de Valencia. A primera hora de la mañana, cerca de las 7.30, se presentó en la empresa de chatarra y almacenamiento de residuos que tienen sus dos hijos en la calle del Maestrat, en el polígono industrial de La Cova, en Manises, localidad del área metropolitana de la capital. Iba armado con una pistola de un calibre muy similar al nueve largo. Disparó contra su hijo Ramón. El impacto le dejó herido. Vicente siguió disparando y el gerente de la empresa, denominada González y Villaplana, que se interpuso entre ambos, resultó muerto.
Salió de la empresa en un vehículo Citroën de color gris. En su huida enfiló una de las avenidas principales de Manises. En un punto cercano a la plaza de Rafael Attard, cruzaba en aquel momento la calle Manuel Gil. Paseaba al perro y llevaba el pan en la mano. Fue embestido y murió en el acto. Tenía 63 años, estaba casado y tenía dos hijos. Según fuentes policiales, el destino de la huida tras el primer crimen era el domicilio de su otro hijo, Vicente, cuya residencia se localiza muy cerca de donde se produjo el atropello mortal. Tras los hechos, al cierre de esta edición, efectivos policiales permanecían desplegados por Valencia y alrededores en busca del fugitivo.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Quart de Poblet, en funciones de guardia, se hizo cargo del levantamiento de los cadáveres pasadas las 10.00. Al mediodía decretó el secreto del sumario de las actuaciones. "Era un hombre arisco, raro, un poco agresivo", explicó un trabajador de la empresa de maderas situada al lado de donde ocurrieron los hechos. "Venían aquí los hijos, eran encantadores, clientes habituales", afirmó el camarero del bar más próximo al lugar del tiroteo.
La empresa de chatarra abría entre las 7.30 y las 8.00. Antes, según trabajadores de talleres colindantes, solía llegar el gerente, ayer fallecido, o alguno de los hijos. En la mañana de ayer, dentro de la chatarrería estaban Ramón, ingresado en el hospital La Fe de Valencia sin que se tema por su vida, la víctima mortal y al menos otros dos trabajadores.
La policía tomó las dependencias de la empresa, rastreó los alrededores, puso controles en todos los accesos próximos al complejo industrial y desplegó agentes alrededor del domicilio del otro hijo, en Manises, y de la mujer del supuesto asesino, en Torrent, de la que está separado desde hace años. Durante varias horas, agentes uniformados tomaron también los alrededores del polígono Mas de Jutge, en Torrent, una zona marginal, detrás de la plaza del Maestro Fortea, en la que se trapichea con droga. La hipótesis que maneja la policía es que el fugado se maneja en los bajos fondos del consumo y tráfico de drogas y que existe un grave conflicto familiar del que ya hubo en 2002 un episodio violento.Tras lo ocurrido en Manises, se desplegó un espectacular dispositivo policial en busca de Vicente González Cano, que va armado y es muy peligroso, según la policía. El fugitivo habría atacado a su hijo por las rencillas familiares acumuladas y la necesidad de un dinero que nadie estaba dispuesto a darle. Agentes de la policía nacional, uniformados y adscritos a la secreta, peinaban ayer L'Horta Sud junto a las policías locales y la Guardia Civil. Había vigilancia discreta y constante en puntos estratégicos: el domicilio de la esposa, con la que no convive desde hace años, los pisos de los dos hijos y lugares de tráfico de drogas de la zona, como la parte más marginal del barrio del Mas de Jutge en Torrent. La brigada de homicidios se hizo ayer cargo de la investigación junto al comisario de Quart de Poblet. La policía rastreó autobuses, obligó a motoristas a quitarse el casco, entró en bares y paró taxis.
El vehículo en el que huyó el supuesto asesino fue localizado en un polígono industrial de Aldaia. En él eran visibles las marcas del atropello mortal a Manuel Gil, de 63 años, casado y con dos hijos, en Manises. Un golpe en la parte derecha de la carrocería así lo indicó. En el interior, la policía halló restos de cocaína. Los agentes sospechan que pudo ir a pie desde ese punto y contar con la colaboración de alguien para continuar su fuga. Fuentes de la investigación apuntaron que varias personas le vieron con una mujer rubia de origen rumano a quien la policía sitúa en el mundo de la prostitución.
El supuesto autor del crimen no era un desconocido para los trabajadores de las empresas colindantes al taller de chatarra que tienen sus hijos -la Jefatura Superior de Policía no pudo explicar ayer por qué los apellidos no coinciden ya que el fugado se llama Vicente González y el primer apellido de los hijos, según informó, es Villaplana-. "Venía de vez en cuando. Era seco, distante, un tanto agresivo. Pensando yo después de lo que ha ocurrido, me acordé que el año pasado ya hubo un incidente porque vino también buscando al chico", explicó un trabajador de una empresa próxima. "No sé por qué ha podido ser. A los hijos les iba bien, venían con coches llamativos, mal no les iba", agregó.
Vicente González, el huido todavía al cierre de esta edición, es una persona conocida por la policía, especialmente en la comisaría de Quart de Poblet. Por ello, fuentes del caso explicaron que es peligroso, que tiene relaciones con los bajos fondos del mundo del tráfico de drogas, que es capaz de casi cualquier cosa, que es muy agresivo, y que ni siquiera consta cuál es domicilio habitual.
El trágico suceso recorrió ayer las calles de Manises y Torrent. "Dios mío, ¡qué desgracia, este hombre, el pobre, que salía a buscar el pan y a pasear su perrito, lo han matado sin más, sin tener nada que ver, qué miedo!", afirmó una vecina, Laura Fernández, en el mercado próximo al lugar del atropello. "¡Qué fuerte, un padre ha ido a matar a su hijo, qué horror, estará loco!", comentó una joven con sus compañeros de clase a la salida de un instituto también de Manises. A la comisaría de Quart de Poblet se acercaron muchos vecinos a preguntar sobre lo ocurrido. Y a esas mismas dependencias policiales acudió a declarar la mujer del fugitivo pasado el mediodía, acompañada de otras dos personas. Según fuentes policiales, Vicente González no comparte su vida desde hace ya años con la que fuera su mujer aunque aparece por casa de vez en cuando. Razón por la que una unidad vigila el domicilio de la mujer.
Las mismas fuentes indican que los conflictos familiares han sido constantes a consecuencia de la vida de Vicente González, consumidor y traficante de drogas, hecho este último por el que estuvo en prisión once meses. La policía sí precisó que no ha existido ni orden de alejamiento contra él respecto de su familia ni de protección de la que fuera su mujer.
También ayer prestó declaración el hijo del fugitivo, Vicente Villaplana, con residencia en Manises, mientras su hermano Ramón, herido, permanecía ingresado en el hospital La Fe. Según fuentes de la investigación, Vicente González acudió a la empresa González y Villaplana con la intención de atacar a su hijo, ni siquiera está claro que hubiera discusión previa. "Era más pronto de lo habitual y sabía que lo iba a encontrar seguro ahí dentro", afirmó un testigo de los hechos.
Vicente González recorrió entre la muerte a tiros del gerente de la empresa de sus hijos y el mortal atropello poco más de un kilómetro. Hubo testigos de los hechos. Para la policía, "los hechos están claros, falta detenerlo".
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