El Parlamento rechaza la financiación del Estatuto catalán y confía en los "cambios" de las Cortes
Todos los grupos acusan al PP de promover el frentismo entre comunidades autónomas
El Parlamento andaluz rechazó ayer el sistema de financiación que contempla la propuesta de reforma del Estatuto de Cataluña y expresó su confianza en que el Congreso "introduzca los cambios precisos" para garantizar el respeto a la Constitución y al principio de igualdad. Una proposición no de ley del PSOE, notablemente enriquecida con enmiendas de IU, pide la "modificación en profundidad" del diseño catalán de financiación porque "supondrá la detracción de un parte importante de recursos para la hacienda estatal, lo que repercutiría en la posterior distribución de recursos" entre las comunidades.
El pleno del Parlamento debatió dos proposiciones de ley sobre la reforma del Estatuto de Cataluña que corrieron dispar suerte. La que presentó el PP fue desestimada por el resto de los grupos. En síntesis, reclamaba el rechazo a una "reforma constitucional encubierta" como la que, según el portavoz popular, Antonio Sanz, persigue la catalana. "Están permitiendo que España se quede en manos de quienes no quieren ser españoles", acusó a los socialistas, a los que reprochó que no suscribieran su declaración de que no hay otra nación que la española.
El PP recibió críticas de todos lados. Ildefonso Dell'Olmo (PA) consideró la iniciativa "rancia y excluyente"; Antonio Romero (IU) la comparó al "nacional catolicismo" y la calificó de "frentista"; y el socialista Manuel Gracia afirmó que el PP intenta crear "alarmismo" y "dividir" a los españoles.
La iniciativa del PSOE contó con el apoyo de IU y PA, que presentaron enmiendas, y el voto en contra del PP. Redactada en términos muy suaves respecto a otras resoluciones del partido socialista, la proposición no de ley aprobada defiende "el mantenimiento irrenunciable" de los principios del artículo 2 de la Constitución; expresa su "convicción" de que el Congreso "introducirá los cambios precisos" para adecuar la reforma de Cataluña a la Constitución; rechaza que la financiación autonómica "pueda ser abordada bilateralmente" y reclama la "modificación en profundidad" de ese título.
La propuesta añade que el modelo de financiación debe basarse en la población "y en ningún caso, en modelos territoriales que la hagan depender de sus posibilidades de recaudación o de captación de recursos".
El debate fue tenso en algunos momentos sobre todo entre socialistas y populares. Manuel Gracia acusó al PP de practicar "un juego peligroso" que podría "enconar aún más a la sociedad catalana" y también de "mentir" sobre la posición de los socialistas acerca del término nación. Gracia aseguró que su partido no apoyará esta denominación en el Congreso y que se "opondrá tajantemente" a que se pueda fijar un sistema de financiación que consagre una relación bilateral con el Estado.
"Tenemos discrepancias severas con la propuesta de reforma de Cataluña", dijo Gracia, quien abogó por la negociación y la transacción en el Congreso. "Ahí tienen ustedes el deber de no autoexcluirse por una cuestión de interés electoral", subrayó.
Sanz subió varios grados el tono del debate cuando en uno de sus turnos afirmó que los socialistas "se sitúan fuera de la Constitución" por no votar su propuesta, lo que dio pie a una enérgica repuesta de Gracia recordando que fue la derecha española la que no apoyó la Constitución española. Esta puya motivó, a su vez, una petición "por alusiones como militante de Alianza Popular" de Teófila Martínez, un turno que aprovechó para recordar que "don Manuel Fraga Iribarne" fue uno de los redactores constitucionales.
Las enmiendas de IU fueron las que robustecieron la iniciativa socialista sobre todo en aquellos aspectos relativos a la financiación. Su portavoz, Concha Caballero, aseguró que el modelo previsto en la reforma supone una "extralimitación de competencias", al tiempo que acusó de "papanatismo" al PSOE por no aceptar que cada comunidad se denomine como considere oportuno en sus Estatutos. Esta tesis fue defendida por el PSOE en una resolución de su comité director, aunque ahora la ha abandonado.
El andalucista Dell'Olmo proclamó su nacionalismo y habló de la reforma andaluza, a la que no ha presentado aún ni una sola propuesta.
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