"La saga de los Alcántara parece no tener fin"
Dice la leyenda que el guión de Cuéntame pasó años dando tumbos de una televisión a otra. Hasta que en 2001, TVE resucitó el proyecto. Desde entonces, la serie nostálgica, protagonizada por Imanol Arias (Riaño, León, 1956) y Ana Duato, (Valencia, 1968), en los papeles de Antonio y Mercedes, el ejemplar matrimonio Alcántara, se ha convertido en el producto más sólido de la cadena. El 22 de septiembre se estrenó la séptima temporada, ambientada en 1973, a las puertas del golpe de Estado del general Pinochet en Chile. Cada jueves reúne a más de cuatro millones y medio de fieles.
Pregunta. La llegada de la televisión a casa de los Alcántara, en 1968, marcó el inicio de Cuéntame... ¿Ya han decidido cuándo se pondrá fin a la serie?
"Mercedes refleja a un tipo de mujer que educó a la generación que luego fue a la universidad"
"Antonio es un hombre de honor, honrado hasta las cejas y con unos valores muy sellados"
Ana Duato. El sueño de Miguel Ángel Bernardeau, productor ejecutivo de la serie, es llegar a la muerte de Franco, en el 75, con la familia Alcántara desfilando ante su féretro. Ése sería un buen momento, pero también resultaría interesante ver cómo se recrean los años posteriores. Me gustaría ser muy inteligente y dar carpetazo en el momento justo. Pero parece que la saga de los Alcántara no tiene fin. A mí, como espectadora, me gustaría seguir su evolución.
Imanol Arias. Si Cuéntame se prolongara más allá del 75 o 76 se tendría que relatar lo que pasó históricamente, pero los protagonistas de la transición no son los padres, sino los hijos. Si nuestros hijos en la ficción fueran capaces de llevar el liderazgo de la serie, entonces deberían contar las cosas desde su perspectiva, y para eso es necesario un relevo generacional. El error de otras ficciones ha sido hacer a los padres los protagonistas de la transición.
P. ¿Eso quiere decir que una retirada a tiempo es una victoria?
A. D. En televisión, sin duda.
P. Esta temporada, Cuéntame compite con Sin Rastro (Antena 3) y en Tele 5 con OT y dentro de una semana con Gran Hermano.
I. A. El asunto es que este año habrá más cadenas y más canales autonómicos. La temporada pasada ya competimos con Sin rastro y también con Gran Hermano... Cuéntame es un producto que está muy bien. Hay que convivir en calma y no ser histérico, pero lo que no puede hacer Cuéntame es abaratarse, porque eso es lo que diferencia a la serie de TVE de otros formatos.
Pregunta. ¿No están ya un poco saturados de su largo matrimonio de ficción?
A. D. La vida se me esta pasando volando y todo este tiempo ha transcurrido sin sentir. No tengo sensación de rutina ni de cansancio. Tampoco he perdido la motivación, y la experiencia te da la sabiduría de saber cómo conjugar todo.
I. A. Nosotros somos amigos y sacrificamos vernos fuera del plató para disfrutar del trabajo. Cuando nos vemos es una gloria y es cierto que estaríamos más tiempo juntos, pero nos reservamos. Además, hay cosas curiosas: yo soy un bígamo a quien nadie dice nada...
A. D. Pero, no te dieron la enhorabuena cuando tuve a mi hija..
I. A. Sí. Y desde hace unos años hago un regalo conjunto, uno a mi mujer de verdad, Pastora [Vega], y otro a Mercedes, mi mujer en la ficción. Me hace muhca gracia.
P. ¿Cómo han evolucionado Merche y Antonio en estos años?
A. D. Desde que empezó la serie en el 68, muchísimo. Y también, la sociedad. En el año 69, cuando Mercedes quiere abrir Meyni y tiene que pedir un crédito necesita la firma de su marido. Después, en los setenta, todo evoluciona muy rápido. La verdad es que nos hemos pegado unos viajes en el tiempo alucinantes.
I. A. Mercedes se ha convertido en un referente femenino. Refleja a un tipo de mujer que educó a la generación que luego fue a la universidad y que empezó a trabajar para ayudar al marido. De todas formas, lo que a mí me pasma de 1973 no son los asuntos políticos ni el golpe de Estado de Pinochet..., sino que un hombre casado con dos o tres hijos pudiera abandonar a su familia y aquí no pasaba nada.
P. ¿Por dónde van a discurrir esta temporada sus personajes?
A. D. Antonio es un hombre de honor, honrado hasta las cejas y con unos valores muy sellados, pero se inicia una época en que los principios se tambalean por la corrupción, la forma de relacionarse en el trabajo, las comisiones... Y eso le afecta mucho. También empieza a pedir perdón y es consciente de que no es un padre ejemplar, pero sabe lo que está bien o mal.
I. A. Hemos trabajado un poquito la edad en el mejor sentido. Es decir, el matrimonio se sigue llevando bien, pero empiezan a tener intereses divergentes... Mercedes sigue con los pies en el suelo y Antonio es un soñador. Nunca se para a reflexionar.
A. D. A Mercedes le pone muy nerviosa lo poco realista que es Antonio. Sueña con comprase un coche, una parcela... Las mujeres somos más prácticas.
P. En la transición hubo un pacto de silencio entre los partidos para no abrir más heridas. Treinta años después se intenta recuperar aquella memoria histórica perdida u ocultada. ¿Qué puede aportar Cuéntame a ese proceso tan interesante?
I. A. Cuéntame es un ejemplo de cómo se hizo la transición, de las cesiones, de la inteligencia, del sentido de la oportunidad, del olvido de los votos... Quizá porque no había tantos asesores, tantos periodistas sobrecogedores... Ahora estaríamos en la antitransición porque cualquier problema se convierte en una disputa, y la política en una contabilidad de votos. De todas formas, los políticos se asombrarían de lo lejos que están de los ciudadanos y del poco nivel que hay. Y si oímos a Acebes, estaríamos en la proclama del 36.
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