La lluvia llega, pero no sirve para aumentar las reservas de los pantanos
Algunas carreteras de Tarragona, Girona y el Maresme estuvieron cortadas al tráfico
El temporal llegó ayer a Cataluña, pero no con la fuerza que pronosticaron los meteorólogos. Las precipitaciones afectaron a la mayor parte del territorio, aunque con una intensidad moderada. Las comarcas del litoral de Tarragona y de Girona fueron las más afectadas por el agua, que también cayó copiosamente sobre algunas localidades del Maresme. Sin embargo, la lluvia tuvo una presencia testimonial en las comarcas del Pirineo y el Prepirineo, una zona donde nacen buena parte de los ríos catalanes. Así, sin apenas influencia sobre las cabeceras de las cuencas fluviales, la lluvia recogida ayer no servirá para hacer crecer las reservas de los pantanos, que se hallan a un nivel muy bajo.
Las lluvias obligaron a los Bomberos de la Generalitat a efectuar numerosas salidas para achicar el agua acumulada en sótanos, aparcamientos y vías públicas. Por la mañana se cerraron al tráfico tres carreteras, entre ellas la N-II a su paso por la localidad de Arenys de Mar (Maresme), aunque la situación se normalizó por la tarde. Además, el temporal originó la caída de un árbol sobre la vía del tren de la línea Girona-Barcelona entre Massanes y Caldes de Malavella. Esta incidencia llevó a Renfe a cortar el tráfico por una de las vías y concentrar todos los trenes por la otra, circunstancia que obligó a circular con precaución y originó retrasos y cancelaciones.
Desde el Alt Empordà hasta el Montsià, las precipitaciones afectaron de forma considerable al litoral catalán. En las comarcas de Girona, los bomberos realizaron unas 30 salidas, en su mayoría por incidencias leves. Santa Cristina d'Aro fue uno de los municipios más castigados. En esta zona se tuvo que cortar un tramo de la carretera GI-662 por la inundación de la calzada. Los vehículos utilizaron un carril de circulación por el que se dio paso alternativo en ambos sentidos. A última hora de la tarde, la situación se normalizó.
En la comarca del Maresme las precipitaciones obligaron a cortar la N-II entre las poblaciones de Arenys de Mar y Caldes d'Estrac, por problemas de visibilidad y por desprendimientos de tierra, en los dos sentidos entre las once y las doce de la mañana, cuando se abrió un paso alternativo para los vehículos.Según la Dirección General de Emergencias, los bomberos realizaron cerca de 20 salidas al norte de la comarca, sobre todo en Arenys de Mar y Sant Andreu de Llavaneres, por inundaciones en la vía pública y bajos. El caudal de las rieras situadas al norte de Mataró llegó al máximo de su capacidad, aunque no hubo desbordamientos.
Las abundantes lluvias obligaron a cortar ayer durante unas dos horas la autovía Tarragona-Salou, la C-31. También en Tortosa, donde algunas zonas de la ciudad sufrieron pequeñas inundaciones, se tuvo que cortar la C-12. Mientras, el municipio de Creixell trataba ayer de volver a la normalidad, después de la fuerte tromba del martes, que dejó 129 litros de agua por metro cuadrado y anegó calles, viviendas, bajos y la carretera N-340, que estuvo cerrada más de tres horas. En Creixell, entre los edificios más afectados por el agua se encuentra la escuela del municipio. El alcalde, Teodoro Fuster, afirmó: "Sería recomendable que el centro no abriera mañana [por hoy], pero tendrá que ser el Departamento de Educación el que lo decida". La escuela se estaba reparando, ya que tenía goteras, pero el aguacero ha provocado alguna inundación.
Esta información ha sido elaborada por Gerard Bagué, Noelia Vida y Laura Casadevall.
No aparcar en las rieras y conducir con moderación
El Gobierno catalán recordó ayer algunas de las medidas de sentido común que se deben aplicar en caso de lluvias, en relación con el tráfico. La primera medida es no salir sin haber consultado la situación y las perspectivas meteorológicas. Puede hacerse a través de los medios de comunicación, los teletextos de las cadenas de televisión e Internet.
Ya en carretera y cuando el firme esté mojado es conveniente no frenar con brusquedad, conducir con menos velocidad de la habitual y, siempre que se pueda, por la derecha, dejando los carriles central e izquierdo para adelantamientos.
Al aparcar hay que tener la precaución de no hacerlo en rieras, en las que acostumbran a producirse avenidas en escasos minutos.
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