Jóvenes empresarios
Juan y Joaquín también tienen necesidad perentoria de terreno industrial en Lanjarón. Se trata de dos jóvenes empresarios de la construcción que carecen del más mínimo espacio para guardar sus camiones y hormigoneras. Sus trabajadores tienen que hacer los trabajos de "ferralla" en plena calle, lo que provoca la queja de vecinos y viandantes. Cada obra que contratan se convierte en su sede empresarial y en almacén improvisado de materiales.
La carpintería-metalistería Estévez tampoco lo tiene fácil en Lanjarón. Después de media vida trabajando, Miguel, su propietario se ve obligado a mantener su negocio en una vieja nave cuyo camino de acceso es casi impracticable.
Y el secadero de jamones Morillas, no lo tiene mejor. Está ubicado en plena carretera y dispone de 600 metros cuadrados de superficie, sufre problemas de espacio para atender su producción anual de 30.000 jamones.