Los saqueadores se apoderan de las zonas devastadas
La guerrilla musulmana de Cachemira suspende sus ataques en territorio indio
Camiones con ayuda humanitaria tomados al asalto, comercios desvalijados, estaciones de servicio saqueadas... En Muzaffarabad, la capital de la Cachemira paquistaní situada en el mismo corazón del seísmo del sábado, los supervivientes han recurrido a todos los medios para salir adelante en una zona devastada y aislada del resto del mundo. Los camiones militares con ayuda que llegaron a mediodía de ayer a la región fueron asaltados por la población, ante la mirada impotente de los soldados.
Comida, tiendas de campaña, mantas, medicamentos. En unos pocos minutos, toda la ayuda humanitaria que había llegado por carretera a Muzaffarabad desapareció entre las manos de sus habitantes, abandonados a su propia suerte durante más de dos días.
Entre los escombros, en medio de un paisaje de desolación tras la destrucción del 70% de la ciudad, grupos de supervivientes encolerizados reclamaban ayuda a gritos, agua y comida por encima de cualquier otra cosa.
"¿Dónde está el Gobierno? Nadie ha venido hasta aquí para ayudarnos. Muchas personas se están muriendo de hambre, han perdido a sus familias y todos sus bienes", se quejaba un vecino. "Todo está perdido. Muchos están enterrados vivos y nadie nos está ayudando a encontrarlos", se lamentaba.
En el bazar del centro histórico de la ciudad, las tiendas que habían sido abandonadas por sus propietarios se han convertido en el principal objetivo de los saqueadores, que en su mayoría buscan alimentos. La policía disparó anoche al aire para dispersar a un grupo de saqueadores que estaban arrasando un comercio.
Otros se dedicaron a robar en las gasolineras para obtener combustible con el que poder cocinar o calentarse en esta zona montañosa situada entre los ríos Jhelum y Neelum. Los enfrentamientos entre las bandas de saqueadores y propietarios de comercios no tardaron en estallar, mientras la policía seguía desbordada por los acontecimientos.
Un conjunto de 14 grupos separatistas musulmanes anunció ayer la suspensión temporal de sus ataques en la parte de Cachemira bajo Administración de India, informa la agencia Efe. En un comunicado enviado desde Cachemira, el líder del grupo islámico Hizb-ul-Muyahidin, Syed Salahuddin, informó de que esta decisión fue tomada durante una reunión celebrada ayer en Muzaffarabad. Salahuddin pidió a todos sus militantes que cesen sus operaciones en las zonas afectadas y socorran a las víctimas.
Más de un centenar de hombres y mujeres organizaron ayer piquetes en la carretera que atraviesa el área india de Uri para protestar por la falta de ayuda a muchos pueblos de Cachemira, dos días después de la catástrofe. A lo largo de la carretera que se dirige hacia la Cachemira paquistaní, docenas de personas con banderas negras, en señal de duelo, paraban a los vehículos que trataban de llegar a la zona afectada.
Desesperados, sucios, llenos de rabia y de impotencia después de haber recorrido a pie largas distancias desde sus pueblos en las montañas, su objetivo es hacer llegar la asistencia a sus familiares. "Las 200 casas del pueblo de Urabhae han caído, pero nadie ha llegado hasta allí. Hace ya casi tres días que esperamos. No tenemos nada: ni comida, ni refugio, ni agua", suplicaba uno de los supervivientes.
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