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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Mary Lee Settle, escritora de novelas históricas

Mary Lee Settle, la escritora estadounidense célebre por sus novelas históricas, murió el pasado 27 de septiembre, a los 87 años, de un cáncer de pulmón en Charlottesville (Virginia).

A pesar de ser una creadora prolífica que publicó su primer libro, The love eaters, en 1954, no consiguió ningún reconocimiento literario hasta 1978, cuando recibió el National Book Award por su noveno título, Blood Tie. Según ella, el motivo de que se la ignorara durante tanto tiempo fue el rechazo de las instituciones hacia los escritores del sur y la tendencia de los premios a sobrevalorar las personalidades en detrimento del talento. Precisamente para evitarlo, Settle impulsó en 1980 la creación del PEN/Faulkner Award, concedido por el colectivo de escritores sin la injerencia de los miembros de la industria editorial.

"Ella se imaginó a la comunidad de lectores y escritores unidos en la tarea de honrar los buenos libros. Su espíritu es la parte central de ese premio", aseguró en un comunicado tras su muerte Susan Richard Shreve, una novelista miembro del consejo que entrega el PEN/Faulkner Award.

A lo largo de su vida Settle publicó 22 títulos aclamados por la crítica. "Siempre hay que tomarse a esta escritora en serio, algo que sólo se puede decir de un puñado de novelistas estadounidenses, y en el libro The killing ground su fuerte inteligencia es una presencia formidable" publicó The Washington Post en 1982. El diario se refería al libro con el que Settle cerró lo que llamó The Beulah Quintet, cinco novelas en las que invirtió 28 años y que recorren la historia de la América revolucionaria, desde 1649 hasta finales del siglo XX.

Una de sus señas de identidad estilística fue que todos los personajes de sus novelas históricas utilizan las expresiones y formas de hablar de la época en la que viven puesto que Settle "pensaba que la única forma de entender a esas personas era a través de sus propias palabras", afirmó su editor Starling Lawrence en el diario The New York Times.

Mary Lee Settle, hija de un ingeniero de minas, nació en Charleston (Virginia) en 1918. Durante dos años estudió en el Sweet Briar College de Virginia hasta que en 1938 abandonó los estudios para dedicarse en Nueva York a la carrera de actriz y modelo. Como tal llegó incluso a hacer una audición para la película Lo que el viento se llevó. Un año más tarde se casaba con Rothner Wathersbee, inglés, con quien viajó a Europa al estallar la II Guerra Mundial, alistándose en la Royal Air Force británica. Esa experiencia la recordó años después en la autobiografía que publicó en 1966, All the brave promises: Memories of Aircraft Woman Second Class 2146391.

Tras la guerra, volvió a Nueva York, donde trabajó brevemente como editora para la revista Harper's Bazaar. Fue allí, durante un encargo relacionado con Emily Bronte, cuando leyó que la escritora de Cumbres borrascosas había muerto con tan sólo 30 años. Settle tenía 27 y según contó años más tarde, se asustó tanto ante la posibilidad de que el tiempo se le fuera de las manos y no pudiera escribir los libros que tenía en la cabeza que decidió presentar inmediatamente su dimisión "y encaminarme hacia el precario mundo de la literatura".

Entre 1945 y 1949 escribió seis obras de teatro y cuatro guiones y sobrevivió trabajando como periodista. Viajó por todo el mundo y vivió durante largos periodos en el extranjero. Demócrata y progresista más allá de las palabras, a finales de los sesenta anunció que no se quedaría en Estados Unidos si Nixon ganaba las elecciones. Settle cumplió su promesa y entre 1969 y el 1974 vivió en Turquía, donde escribió Blood Tie, sobre las vidas de estadounidenses y británicos expatriados en ese país.

La edad nunca mermó su capacidad intelectual. Hace menos de un año publicó un diario de sus viajes por España, Spanish Recognitions: The road from the past, basado en un recorrido en coche que hizo en la década de los ochenta siguiendo las huellas de la historia. En el momento de su muerte estaba trabajando en unas memorias ficticias del presidente Thomas Jefferson.-

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