Las empresas de Mercabarna frenan las inversiones y amenazan con trasladarse si no alargan sus concesiones
En el recinto de Mercabarna, uno de los motores económicos de Barcelona y donde se concentran sus mercados mayoristas, han empezado a circular en los últimos meses la palabra deslocalización y lamentos sobre su propio futuro. "Las empresas empezamos a pensar en la conveniencia de trasladarnos a otras zonas, como Valencia o incluso el sur de Francia", explica Joan Llonch, presidente de la Asociación de Concesionarios de Mercabarna (Assocome), que agrupa a 776 de los cerca de 900 operadores instalados en esta área.
Por el momento, las empresas hacen cuentas con los años que les quedan de concesión (a la mayoría de ellas, casi 12, hasta 2017) y han empezado a paralizar sus inversiones para mantener el nivel de calidad y seguridad alimentaria, porque el periodo para amortizarlas se les queda demasiado corto.
La queja por la falta de renovación de las concesiones es antigua, pero la falta de respuesta del Ayuntamiento ha provocado que ahora salgan en tromba para advertir sobre "el peligro que corre el flujo continuo de inversión que requiere Mercabarna y, por tanto, sobre su propia existencia". Con estas mismas palabras se ha dirigido la asociación al alcalde de Barcelona, Joan Clos, en una carta con fecha de 20 de septiembre en la que se le recuerda el compromiso que éste adquirió para resolver la situación en 2005.
La carta advierte también de que "se está dando portunidades a otras ciudades ubicadas fuera de Cataluña de tomar protagonismo, liderazgo y riqueza". El volumen de negocio que mueven las empresas ronda los 3.000 millones de euros anuales.
"Compromiso firme"
Según el propio Llonch, desde el último contacto con el Ayuntamiento, que se remonta al pasado mes de enero, no ha habido respuesta. El compromiso asumido por Clos, que las concesionarias exigieron por escrito, data de 2003. Preguntadas al respecto, fuentes del Ayuntamiento aseguraron ayer que el año 2005 "todavía no ha concluido" y que su "compromiso firme" continúa en pie, y atribuyen los retrasos al hecho de que debe estudiarse bajo qué forma jurídica se resuelve la renovación de concesiones.
Las palabras tranquilizadoras del Ayuntamiento no convencen a la Assocome, que calcula en 60 millones de euros la cuantía de las inversiones que en estos momentos se encuentran paralizadas. Fuentes de la asociación apuntan que están afectados los proyectos de crecimiento de una treintena de empresas y que el problema aumenta con el paso de los días. Las empresas no sólo dejan de invertir porque no les resulta rentable, sino porque a menudo topan con problemas para obtener respaldo de las entidades financieras.
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