'Good bye Lenin!' y 'Billy Elliot'
EL PAÍS ofrece mañana, viernes, la película del alemán Wolfgang Becker,y el sábado, la comedia británica de Stephen Daldry, al precio de 5,95 euros cada una
Good bye Lenin! (2003), de Wolfgang Becker, fue considerada la mejor película europea del festival de Berlín 2003 al recibir el premio El Ángel Azul; recibió luego todos los premios importantes del cine alemán, y en los galardones oficiales europeos se consideró también la mejor película del año, incluidos el Goya y el César. Fue el gran éxito de la temporada, por su "gran limpieza estilística, transparente y vivaz, graciosa y conmovedora", en palabras de Ángel Fernández-Santos.
La idea de la película es, según el crítico, deslumbradora: una brava militante comunista de la República Democrática (Katrin Sass) entra en coma por un accidente pocos días antes del anuncio de la reunificación de las dos Alemanias y la demolición del muro de Berlín. Cuando despierta ocho meses después, su hijo (Daniel Brühl) pretende que ella ignore la desaparición de su querido régimen político para evitarle un nuevo ataque al corazón, y transforma el apartamento familiar en una burbuja en la que no penetra atisbo alguno de realidad. En su interior todo sigue siendo igual que antes: las noticias de la tele, la comida, la ropa, la música, los amigos... hasta que intervienen otros personajes y un buen día la madre sale a la calle...
"Una buena comedia siempre se asienta en unos cimientos muy serios", explicó el director Wolfgang Becker, a quien ya se debían dos buenas películas anteriores: "En mi opinión, una buena comedia es aquella en la que los personajes que nos hacen reír no creen estar riéndose de sí mismos". Y eso es lo que les ocurre a estos "seres humanos cálidos y verdaderos". Para Lluís Bonet, Good bye Lenin! es una "ácida, demoledora y extraordinaria comedia, gozosamente influida -como no podía ser de otra manera- por sus ilustres compatriotas Billy Wilder (Uno, dos, tres) y Ernst Lubitsch (Ninotchka)".
Billy Elliot (2000), de Stephen Daldry, por su parte, se sitúa en el contexto de la huelga minera en la Inglaterra de 1984. Billy Elliot es un adolescente de 11 años decidido a dedicarse al baile en lugar de practicar boxeo como los demás niños. El trasfondo de la huelga -el padre es minero; el hermano, líder sindical-, las dificultades económicas de la familia, la represión policial, los esquiroles... van dando paso al conflicto psicológico del muchacho bailarín. Su tenacidad, su valentía al no importarle ser considerado "una niña", la complicidad con la maestra de baile, su amistad con el compañero secretamente enamorado, son los cimientos de la película, que logró un extraordinario éxito en todo el mundo. Fue nominada al Oscar en tres apartados: actriz de reparto (Julie Walters, la profesora); director (Stephen Daldry) y guión original (Lee Hall). En EE UU fue obligatorio realizar un doblaje "limpio de tacos".
"El relato, en bellísimo crescendo lírico, del despegue del talento del niño, desde el polvo negro de una remota mina inglesa al polvo blanco de un gran escenario de Londres, cautiva y emociona. Es un magistral, un adorable caramelo que se devora. Ya no se hace apenas cine tan puro", escribió Ángel Fernández-Santos.
La decisión de elegir a Jamie Bell para el personaje central parece hoy día un extraordinario acierto. Bell obtuvo el premio británico al actor revelación del año 2001, y el Trofeo Bafta al mejor actor protagonista, en dura pugna con Tom Hanks, Michael Douglas y Geoffrey Rush. Otros muchos galardones recayeron en este muchacho, hijo de bailarines, que desde entonces ha intervenido en varias películas; las últimas, King Kong, de Peter Jackson, y Flags of our fathers, de Clint Eastwood, actualmente en rodaje. Por su parte, el director Stephen Daldry, que provenía del teatro, ha seguido una brillante carrera por la que ha recibido premios como el de mejor director en Berlín 2003 por Las horas, con Nicole Kidman, Julianne Moore y Meryl Streep. Recientemente ha dirigido una adaptación teatral de Billy Elliot, estrenada en Londres con música de Elton John. La historia sigue vigente.
Babelia
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