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Ramiro Pinilla y José Ramón Recalde, entre los seis finalistas de los Euskadi de Literatura

Cano, Gabiria, Montoia y Olasagarre optan a los galardones en la modalidad en euskera

Las obras seleccionadas para los premios Euskadi de Literatura en castellano recorren este año la novela, los relatos, la biografía, los diarios y la poesía. Los trabajos finalistas son las novelas Verdes valles, colinas rojas (Tusquets), de Ramiro Pinilla y Casi inocentes (Lengua de Trapo), de Pedro Ugarte; el libro de relatos La Gran Vía es New York, de Raúl Guerra Garrido; la autobiografía Fe de vida (Tusquets), de José Ramón Recalde; los diarios de Miguel Sánchez-Ostiz Liquidación por derribo (Alberdania) y el poemario Material de contrucción (Hiperión), de José Fernández de la Sota. En euskera las finalistas son cuatro novelas: Belarraren ahoa (Alberdania), de Harkaitz Cano; Han goitik itsasoa ikusten da (Elkar), de Julen Gabiria; Blackout (Susa), de Xabier Montoia, y Ezinezko maletak, de Juanjo Olasagarre.

El fallo de los premios Euskadi de Literatura se dará a conocer antes de finales de este mes. Los galardones, dotados con más de 48.000 euros, se entregarán en una ceremonia que se celebrará en Vitoria en noviembre. Cultura ha modificado este año los requisitos exigidos a los finalistas, eliminando la condición de que los candidatos aceptaran previamente su selección. En la convocatoria de 2004, el jurado del premio en euskera cuestionó sus bases e incluyó entre los finalistas a dos escritores (Jon Alonso y Xabier Montoia) que no habían aceptado expresamente su nominación. Finalmente, venció el navarro Jokin Muñoz con Bizia lo.

La exigencia de admitir previamente la condición de aspirante al premio había sido criticada en las dos últimas ediciones por algunos autores, cercanos al mundo radical abertzale, que no querían pasar por el trámite de aceptar una selección impulsada por el Gobierno.

Verdes valles, colinas rojas es el primer tomo de una trilogía monumental (2.400 páginas), en la que Pinilla (Bilbao, 1923) ha trabajado durante 18 años. El escritor vuelve a situar en Getxo una narración que arranca a finales del siglo XIX y refleja en sus personajes la historia del País Vasco a lo largo de 100 años.

Con Fe de vida, Recalde (San Sebastián, 1930) obtuvo el Premio Comillas de biografía. Las memorias surgieron tras el atentado de ETA que en septiembre de 2000 puso su vida en grave peligro. Recalde recorre sus años de aprendizaje, el compromiso antifranquista y su trayectoria en el Gobierno vasco, convirtiendo sus recuerdos en una defensa apasionada del coraje cívico y el valor de la palabra. En Casi inocentes, Ugarte (Bilbao, 1962) aborda la paternidad. Con esta novela, Ugarte consiguió el premio Lengua de Trapo. El escritor plantea un thriller psicológico, en el que la intriga hilvana los temas de las relaciones humanas y la vida de los inmigrantes.

La Gran Vía es New York es un libro de relatos de Guerra Garrido (Madrid, 1935) con esa arteria fundamental madrileña como protagonista. Liquidación por derribo. Diarios, 1999-2000 recoge las experiencias de Sánchez-Ostiz (Pamplona, 1950) a partir de una estancia en Madrid que preveía larga y provechosa, pero resultará breve y descorazonadora. A las pocas semanas, el escritor vuelve a su casa del Baztán con gran sensación de fracaso.

Material de construccion es vista por la crítica como un poemario más sobrio y más intenso que los anteriores de Férnandez de la Sota (Bilbao, 1960).

El jurado de los premios en euskera ha seleccionado una obra de Montoia (Vitoria, 1955), uno de los autores que le pasado año no aceptó la condición de finalista. El libro elegido es Blackout, segunda entreda de una trilogía que comenzo con Elektrika. La novela está ambientada en el París ocupado por los nazis durante la II Guerra Mundial.

Olasagarre (Pamplona, 1964) obtuvo con Ezinezko maletak el premio de la Crítica. El humor es la herramienta que utilizapara construir una sátira sobre la identidad nacionalista.

Gabiria (Galdakao, 1973) ya ganó el premio Zazpikale, que entrega la Feria del Libro de Bilbao a la obra en euskera más vendida, con Han goitik itsasoa ikusten da, una novela con tintes cinematográficos sobre la resistencia al fascismo.

Traducción y obras juveniles

En Belarraren ahoa, Cano (Lasarte-Oria, 1975) ha escrito una parábola sobre la libertad. Es una ucronía en la que imagina que Hitler ha invadido los Estados Unidos y se consigue arrestar a Charles Chaplin. El libro también se detiene en la inmigración, a través de un obrero que trabaja en la construcción de la Estatua de la Libertad.

Los premios Euskadi también distinguen a la mejor traducción y a la mejor obra de literatura infantil y juvenil. Los traductores seleccionados son Oscar Arana por Lotsaizuna, de J. M. Coetzee; Josan Elosegi, por Ahardikeriak, de Marie Darrieussecq; Julen Gabiria, por Peter Pan, de James Matthew Barrie; Juan Kruz Igerabide, por Nire aitaren fusila, de Hiner Saleem, y Karlos Zabala, por Parisen sabela, de Zola.

Los finalistas en la categoria de literatura infantil y juvenil son Javier Cillero, Arantxa Iturbe, Xabier Olaso, Kirmen Uribe y Patxi Zubizarreta.

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