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Interior revela que casi 800 'ertzainas' recibieron atención psicológica en 2004

Ansiedad, inadaptación y depresión son los principales problemas mentales de los agentesInterior retira el arma a 29 'ertzainas' apartados del servicio por razones psicológicas

Un informe oficial del Área de Servicio Médico de la Ertzaintza revela que el número de asistencias en consulta a agentes que sufren problemas mentales ascendió el año pasado a 1.655. El número de ertzainas atendidos se eleva a 785, de los que 417 iniciaron una baja por problemas psicológicos. El mismo documento apunta también que a esa cifra hay que sumar los 207 casos de bajas acumuladas del año 2003. La plantilla oficial de la policía vasca ronda ahora los 7.500 agentes.

La tipología de problemas mentales entre los ertzainas tiene mayoritariamente un doble origen: la depresión y la ansiedad. En esta ocasión, la estadística de la última memoria del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Interior, ha incluido también como "psicopatología" la "reacción adaptativa", un tipo de inadaptación que impide el normal desarrollo del trabajo policial. El documento detalla las charlas de carácter preventivo y los nuevos programas de prevención sobre autoconocimiento. Además, se enumera el seguimiento de los pacientes, las reuniones mensuales con los especialistas de los servicios concertados o los servicios de urgencias realizados.

El parlamentario popular Carlos Urquijo aprovechó la comparecencia del consejero de Interior, Javier Balza, el pasado viernes en la Cámara para poner encima de la mesa un problema que, aunque en las últimas estadísticas globales sobre absentismo en la Ertzaintza (2004) ha registrado un descenso de cinco puntos, según Interior, sigue siendo de primera magnitud. De hecho, los últimos datos sobre absentismo por comisarías conocidos -de 2003- señalan que ocho de las 25 comisarías de la Ertzaintza presentan tasas de absentismo superiores a los 18,2%. El portavoz popular preguntó al consejero de Interior por los problemas psicológicos de los agentes y, en esta ocasión, Balza no se escudó, como hizo a finales de 2002, en los "bajistas profesionales", aunque reiteró que los niveles de absentismo son más reducidos que en otras policías.Las bajas por razones psicológicas en la Ertzaintza suponen un "problema", según admitió Balza en su primera comparecencia parlamentaria para explicar las líneas maestras de su departamento para esta legislatura. Las bajas en la policía vasca por problemas mentales han conocido una evolución, según los datos oficiales facilitados periódicamente por Interior, que va de las 221 de 1997, pasando por las 182 de 2000, hasta las 374 recogidas en el amplio informe sobre absentismo elaborado por Interior en 2001.

El nuevo informe, realizado por el Area de Servicio Médico, sobre el ejercicio pasado arroja dos datos relevantes: un total de 785 ertzainas fueron atendidos en 2004 por algún tipo de problema mental, de los que 417 iniciaron una baja, cifra a la que hay que sumar las 207 acumuladas de 2003. En total se han producido 1.655 asistencias en consulta relacionadas con "patologías" mentales.

Los datos son reveladores también cuando se trata de las incapacidades -agentes que tienen que abandonar definitivamente el trabajo- por problemas mentales: un total de 28. En los casos más graves, Interior ha optado por retirar el arma reglamentaria a 29 ertzainas por sus problemas psicológicos como medida de precaución, según el informe oficial.

Jornadas perdidas

Para hacerse una idea de lo que supone en jornadas perdidas el nuevo dato de 417 bajas se puede comparar con las 374 bajas temporales de 2001. Ese año, sólo por ansiedad y depresión, la Ertzaintza perdió 35.643 jornadas de trabajo, frente a las 20.751 del año anterior. En esta ocasión, la información facilitada por Interior a una pregunta parlamentaria del PP no incluye los días de ausencia que suponen esas 417 bajas. Balza reveló en una comparecencia parlamentaria en 2002 que las bajas por depresión, ansiedad o estrés se incrementaron en un 12% entre 2001 y finales del año siguiente.

En esta ocasión, en su intervención de respuesta a la preguntas realizadas en la sesión del viernes pasado por el parlamentario popular Carlos Urquijo, Balza no quitó hierro al problema, ni apeló, como en 2002, a los "bajistas profesionales" que descubrió la Inspección General (el departamento de asuntos internos). Con todo, sí puso el hecho en comparación con otras fuerzas de seguridad para asegurar, sin ofrecer datos, que el absentismo resulta "inferior" en la Ertzaintza.

Los últimos datos conocidos sobre la Guardia Civil revelan que las bajas médicas por motivos psicológicos afectan anualmente al 9,66% de la plantilla media. En datos absolutos, el instituto armado ha pasado de 227 bajas psicológicas en 1994 a unos 1.780 expedientes anuales, según el Ministerio del Interior. La Guardia Civil contaba en 2003 con algo más de 70.000 agentes.

El titular de Interior atribuyó el problema de las bajas psicológicas a la violencia terrorista, que no citó expresamente, hablando de manera inconcreta de los "problemas que hay en este país". Balza explicó en su comparecencia que, junto a los programas de prevención y atención desarrollados por los servicios médicos para tratar a los agentes, su departamento ha incluido en el preacuerdo firmado en julio pasado con los sindicatos Erne y CCOO un capítulo de productividad para paliar este problema.

El preacuerdo incluye cuantías para Seguridad Ciudadana que abarcan desde los 10 a los 30 euros en función del total de horas trabajadas en fin de semana. En el caso de pernoctar en el centro de trabajo, se abonará tres euros por día de retén. Y, finalmente, los agentes que trabajen en los turnos de noche y tarde noche generarán seis minutos más por cada hora trabajada. Alternativamente y para lograr una "mayor presencia policial", según reza el texto del pacto, los ertzainas podrán voluntariamente cobrar 15 euros por cada noche trabajada. Con todo, la negociación del convenio colectivo permanece bloqueada y el pasado lunes se produjo un nuevo alejamiento entre Interior y las centrales sindicales.

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