Los candidatos al liderazgo 'tory' centran sus críticas en Gordon Brown
El congreso del Partido Conservador escuchó ayer a Kenneth Clarke y David Cameron, los dos candidatos que aspiran a liderar el partido para llevarlo hacia el centro. Convencidos ambos de que Gordon Brown encabezará en 2009 o 2010 el cartel electoral laborista, desdeñaron a Tony Blair y centraron sus críticas en la economía y, en particular, en la tendencia de Brown a subir impuestos para alimentar la espiral de gasto público.
Los 1.500 militantes conservadores que abarrotaban el salón de actos del invernadero de Blackpool parecieron quedar encantados con ambas intervenciones. David Cameron se presentó como el hombre que puede renovar el partido y llevarle a la victoria. No como el adalid de un cambio de apariencia, sino de "un verdadero cambio: es fundamental que cuando batallemos las próximas elecciones calle a calle, casa a casa, puerta a puerta, tengamos un mensaje que importe a la gente de hoy".
Cameron gustó tanto que las apuestas pasaron a pagarse cuatro a uno en lugar de diez a uno en caso de que gane el liderazgo, señal de que se le empieza a tomar en serio. No planteó políticas concretas, pero demostró mejor oratoria de lo que se esperaba.
Kenneth Clarke se centró en la economía, consciente de que su experiencia de cuatro años al frente del Tesoro británico le da un valor añadido. "No tengo que demostrar mi competencia en economía", presumió. Y acusó a Brown de despilfarrar las saneadas cuentas públicas que él había dejado. "Sé que no soy del gusto de todos", admitió. Clarke y Cameron parecen dibujarse como el ticket perfecto para el ala más a la izquierda del partido.
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