Las judías verdes encabezan las subidas de precios el mes pasado con un alza de casi el 23% en el último año

Las judías verdes fueron el alimento fresco que más subió de precio en septiembre (el 8,64%), mientras que las peras de agua fueron las que más bajaron (el 5,14%), según informó ayer el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Las judías verdes acumulan un incremento en su precio en el último año del 22,95%, sólo superado por los plátanos de Canarias que lo hicieron el 23,13% (el 2,51%).

A pesar de la sequía que afecta al sector agrario, las producciones de frutas de verano han sido muy elevadas, lo que se ha traducido en fuertes caídas de los precios en origen que en la mayor parte de los casos no se han repercutido al consumo. También destaca el hundimiento en las últimas semanas de los precios de las patatas hasta cotizaciones en el entorno de los 0,10 euros kilo en origen frente a unos precios de venta medios al consumidor de 0,74 euros kilo.

Entre los pescados, subieron la merluza, el 3,15% (con un descenso del 2,27% en los últimos 12 meses) y la pescadilla, el 2,96% (aumento de 9,51% en el año). En cambio, bajaron el jurel o chicharro, el 2% (acumula un aumento del 2,36% interanual); las sardinas, el 1,29% (subida del 4,88%), y la trucha, el 0,80% (incremento del 8,13%). En cuanto a las carnes, subió el cordero pascual, el 1,23% (subida del 12,33%).

Además, los huevos bajaron en septiembre el 0,31%, lo que supone un descenso acumulado en los últimos 12 meses del 4,83%. En cuanto a los productos envasados, destaca la bajada en el último mes del ketchup, el 1,36% (3,73% interanual), y la subida del jamón cocido, el 0,94% (descenso del 1,82% anual).

En los productos frescos cárnicos los movimientos más importantes se han producido en el pollo con un descenso del 1,67% al consumidor. En los productos envasados se mantiene la línea de estabilidad propiciada por la política de compras de la gran distribución con los precios a la baja como instrumento para mantener la demanda . En este contexto destaca la congelación de los precios del aceite de oliva al consumidor, aunque en origen mantienen su escalada con una subida superior al 60% desde el inicio de la campaña.