El 23% de los menores que delinquen reinciden

El 22,7% de los menores que cometen un delito acaban reincidiendo. El tiempo medio en el que se vuelve a vulnerar la ley es de 196 días. Es decir, casi siete meses. La tasa de reincidencia es mucho más elevada en los chicos (25,2%) que en las chicas (12,7%), aunque, porcentualmente, ellas cometen más delitos de homicidio y asesinato (31,8%) que ellos (20,7%). Esas son algunas de las conclusiones que recoge un estudio realizado por el Departamento de Justicia de la Generalitat, el primero que se efectúa en España desde que entró en vigor la Ley del Menor, en 2001.

El estudio se ha realizado a partir del seguimiento durante un periodo de entre dos y tres años de 2.903 menores que se sometieron a algún programa de tratamiento de la Dirección General de Justicia Juvenil de la Generalitat. Más allá de los porcentajes, el estudio define cuál es el perfil de un menor delincuente reincidente: hombre, consumidor de drogas, que ha sufrido malos tratos físicos o emocionales, con antecedentes delictivos o de toxicomanía en la familia y con una media de 3,5 delitos. Ese perfil señala también que se trata de un joven que comete delitos contra la propiedad y delitos violentos, que no acabó la ESO ni estudia, que vive solo o en centros asistenciales, está en paro o tiene una situación económica difícil y no tiene pareja o es una pareja disocial. O sea, todos los tópicos previsibles.

"Es cierto que no hemos descubierto la pólvora, pero ese perfil lo hemos demostrado con un estudio empírico, no con simples opiniones de expertos", aseguró ayer Joan Xirau, director del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada de la Generalitat, el organismo que impulsó el estudio, elaborado por Marta Ferrer y Manel Capdevila. Los autores aseguran que sólo pretendían ofrecer una fotografía de la realidad y que la explicación sociológica de las cifras es compleja.

Los delitos contra la propiedad son en los que más reinciden los jóvenes (25,1%), seguidos de los delitos contra las personas (23,2%), contra la libertad sexual (15%) y tráfico de drogas (7,2%). Si se simplifican las cosas, la reincidencia es mayor en los delitos violentos (27%) que en los no violentos (21,6%). Los jóvenes que cometen delitos contra la libertad sexual son los que menos tardan en volver a tropezar en la misma piedra (86 días de media), mientras que los que trafican con drogas son los que más tardan (322 días).

Un total de 2.110 jóvenes analizados sólo delinquen en una ocasión y no más, pero en el otro extremo se sitúa el peor grupo de riesgo. Lo forman 150 chicos con trayectorias delictivas largas y delitos graves contra los que no cabe otra medida que el internamiento en un centro de menores. Esa es la medida más dura que puede imponer un juez en aplicación de la Ley del Menor y es el equivalente a la prisión, aunque el internamiento puede ser en un centro cerrado, semiabierto o abierto. Otras alternativas posibles para estos jóvenes delincuentes son la libertad vigilada, las prestaciones en beneficio de la comunidad, el tratamiento en un centro terapéutico, la convivencia con otras personas o tareas socioeducativas.

Gravedad de los delitos

El estudio también revela diferencias por sexos. Así, ellos cometen, porcentualmente, más delitos contra la propiedad (67,8) que ellas (59,1%), aunque las chicas realizan más delitos contra las personas (31,8% frente a 20,7%). Si se analiza por nacionalidades, también se advierte un aumento progresivo de la población delincuente. En el año 2000 los jóvenes extranjeros que habían delinquido eran el 9,56% y los adultos encarcelados suponían el 22,2% de la población reclusa. El año pasado las cifras eran del 21,5% y el 32,4%, respectivamente. Con todo, los autores del estudio resaltan que la nacionalidad no influye en el tipo de delito.

La cifra total del 22,7% de reincidencia entre los jóvenes que delinquen es muy similar a la de los presos adultos. Sin embargo, la comparación de ambas estadísticas revela que, porcentualmente, los menores cometen más delitos contra la propiedad y contra las personas que los adultos (véase gráfico).